Palacio Arzobispal

Estás delante del palacio arzobispal. Es la sede de la archidiócesis metropolitana de Quito y la residencia oficial de su arzobispo. En 1535, cuando se creó la parroquia eclesiástica de la ciudad, aún no existía el país que hoy visitas.

Se conocía como Real Audiencia de Quito, dentro del Virreinato del Perú. La iglesia dependía del obispado de Panamá, luego de Cuzco y después de Lima. Finalmente, en 1545, el papa Paulo III creó el obispado de San Francisco de Quito y envió a un obispo de Toledo. Por tanto, necesitaba un palacio. La construcción original no era como la que ves aquí. En 1775, el palacio fue modificado por un arquitecto español llamado Antonio García, que también colaboró en la construcción del palacio de Carondelet, que bordea la plaza a tu izquierda.
Fue él quien introdujo los códigos neoclásicos. El palacio fue reconstruido de nuevo en 1970 por motivos de seguridad. En el siglo XVI, la Iglesia formaba parte del Estado. Por ello, aquí se tomaron muchas decisiones influyentes. Hoy, el patio trasero del palacio se ha convertido en un centro comercial. La entrada a las oficinas de la archidiócesis se hace por la escalinata de la entrada principal del palacio y está abierta al público.

La capilla, por su parte, es la sede administrativa del clero secular, es decir, del clero que vive en sociedad. Alberga los tesoros de la Escuela de Arte de Quito y su acceso está restringido a las autoridades competentes. Por otra parte, pasear por el centro comercial es un maravilloso descubrimiento arquitectónico, con sus magníficos patios andaluces y galerías entrelazadas. Los cafés, restaurantes y pequeñas tiendas repartidas por los alrededores ofrecen un agradable descanso en el corazón del Quito histórico.