La leyenda del perro de oro

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Quebec, Je me souviens
El pasaje que estás tomando se llama Pasaje del perro de oro. No tiene nada que ver con la estatua que tienes delante, que representa a Monseñor de Laval, el primer obispo de Quebec. Para entender la historia del perro de oro, tienes que mirar hacia arriba y ver el frontón del edificio de correos que tienes detrás. Verás un bajorrelieve que representa a un perro dorado royendo un hueso. Si puedes leer la cuarteta que lo acompaña, verás que dice, en francés antiguo: Soy un perro que roe el hueso – Royendo, descanso – Llegará un tiempo que no ha llegado – Que morderé a quien me muerda. Estas misteriosas frases, sacadas directamente del siglo XVIII, son un completo enigma en cuanto a su interpretación y han dado lugar a muchas hipótesis inverificables. Originalmente, la estela formaba parte de una casa construida en 1688. Cuando se derribó la casa para construir la oficina de correos, se retiró la misteriosa estela y se añadió al pórtico del nuevo edificio. Muchas leyendas creen que estos versos hablan de venganza y paciencia. La más famosa fue transpuesta al inglés en una novela titulada «El Perro de Oro, una leyenda de Quebec», de William Kirby. La acción tiene lugar justo antes de la caída de Nueva Francia e implica a personajes históricos reales, y termina con un asesinato que precipitará la caída de la colonia. En cualquier caso, si tienes alguna idea sobre el significado de estos versos, ¡no dudes en ponerte en contacto con nosotros!

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