El Castillo de Frontenac

Hablemos un poco de la gigantesca silueta que se alza ante ti. Es el famoso Castillo de Frontenac, que, como la Torre Eiffel o la Estatua de la Libertad, da a la ciudad su imagen emblemática, reconocible de un vistazo. Como sabes, el castillo es el monumento más fotografiado de la ciudad, y se dice que es el hotel más fotografiado del mundo. Porque sí, es un hotel. No es un antiguo castillo convertido en palacio. Aunque se erigió en el lugar donde estaba el antiguo Château Haldimand, que fue la sede del gobierno colonial de Quebec y cuyos restos aún se pueden ver bajo campanas de cristal. El edificio actual se construyó como hotel en 1893. Fue encargado por la compañía ferroviaria Canadian Pacific con el objetivo de popularizar los viajes en tren ofreciendo paradas de lujo. Con el tiempo, estos hoteles-castillo se convirtieron en auténticos símbolos nacionales. El primer edificio fue diseñado por el arquitecto estadounidense Bruce Price. Acababa de diseñar la suntuosa estación de Windsor, que quizá hayas visto en Montreal, así que confiaron plenamente en él. Tuvo en cuenta el terreno y diseñó un edificio ampliable, de estilo château, inspirado en el Renacimiento francés. Las tres alas de la torre central se añadieron más tarde a esta base, dándole el estilo inimitable que admiras hoy. El palacio se llama Frontenac, en honor de Louis de Buade, conde de Frontenac, que fue dos veces gobernador de Nueva Francia. Pero lo que también le da esta aura son los acontecimientos que allí tuvieron lugar y las personalidades que se alojaron en él. ¡En 1943, durante la primera Conferencia de Quebec, Winston Churchill y Franklin Rossevelt se reunieron aquí para decidir el desembarco de las tropas aliadas en Normandía! Menos crucial, pero de interés para los cinéfilos, es el hecho de que fue en el castillo de Frontenac donde Hitchcock rodó su película «La ley del silencio». Entre los invitados más famosos se encuentran la reina Isabel II de Inglaterra, la princesa Grace de Mónaco, Charlie Chaplin, Paul Mc. Cartney, Leonardo Di Caprio y Céline Dion. Por supuesto, también puedes alojarte aquí, pero, como puedes imaginar, no es barato. En cualquier caso, los huéspedes pueden incluso trotar dentro, ¡ya que hay nada menos que 12 km de pasillos! Si no tienes presupuesto, también puedes aprovechar el restaurante, o disfrutar de un té por la tarde en los salones del hotel. Que conste que la miel que se sirve procede de las colmenas del tejado del castillo, ¡que producen más de 650 litros de miel al año! También puedes entrar gratuitamente en el vestíbulo y admirar las vitrinas del hotel, repletas de objetos históricos que datan de hace más de 400 años. Si quieres saber más y descubrirlo más a fondo, lo ideal es que participes en una de las visitas guiadas, acompañado por un guía vestido de época.