Punto de vista desde el río Moldava

Dividiendo elegantemente la capital checa, el Moldava es mucho más que el río más largo del país. Desde su nacimiento hasta su confluencia con el Elba, una distancia de unos 430 km, crea increíbles escenarios naturales y urbanos que más de una vez han inspirado a autores, poetas y músicos de talento, como el compositor checo Bedřich Smetana, que le dedicó el segundo movimiento de uno de sus poemas sinfónicos. Fluya por donde fluya, el Moldava desborda la belleza fotogénica de su entorno. Y no hay mejor forma de darse cuenta de ello que deteniéndose en los muelles de la Ciudad Vieja. Desde tu posición ventajosa, puedes ver que el río fluye por un entorno relativamente encantador en dos tonos. A la izquierda, el verde dominante es la famosa colina de Petřín. Si esta colina no te impresiona desde lejos, debes saber que, con sus 327 metros, es la más alta de Praga y tiene mucho que ofrecer. A su lado, la otra colina, más habitada, es la colina de Opyš, dominada por el ilustre Castillo de Praga y que termina al fondo con el barrio histórico de Malá Strana. Y en el extremo derecho, quizá lo hayas reconocido, está el insustituible Puente de Carlos, el más antiguo de los 17 puentes que cruzan el Moldava. Parece que aquí tienes otra oportunidad de hacer una de las fotos más bonitas de tu visita a la capital checa, así que ¡aprovéchala!