Palacio Wallenstein

En Praga, la locura de grandeza es una característica muy extendida. Y los edificios son el mejor ejemplo de ello. El palacio ante el que te encuentras es uno de los complejos más importantes del Barroco checo. Fue construido entre 1623 y 1630 por Albrecht de Wallenstein, un praguense conocido en la época por su poder y riqueza. Este comandante militar, en perpetua búsqueda de reconocimiento, deseaba sobre todo ser el propietario de un lugar que pudiera rivalizar con la grandeza del Castillo de Praga. El terreno necesario para este proyecto megalómano supuso la demolición de 23 casas, una fábrica de ladrillos y 3 jardines. Sólo eso te pone a pensar. Hoy, el Palacio Wallenstein tiene importancia política como sede del Senado. Además de por su arquitectura única, también atrae visitantes por sus jardines, a los que sólo se puede acceder del 1 de abril al 31 de octubre. Si vas a visitarlo durante este periodo, te invitamos a que aproveches la atracción. Los jardines, que parecen un verdadero oasis de verdor, combinando vegetación y esculturas manieristas, se han mantenido fieles a su aspecto original.