El monasterio de Strahov

El monasterio de Strahov, posado en el mismo lugar desde 1140, fue fundado por los premostratenses, una orden católica de canónigos formada hace más de 900 años. En checo, «strahov» procede de la palabra «strážit», que significa vigilar. Ésta es la misión que debió de desempeñar el edificio religioso cuando se encontraba en la antigua ruta comercial que unía Praga con los países germánicos. Originalmente románico, luego gótico, tras ser destruido por un incendio en 1258, el monumento sufrió una importante restauración barroca en el siglo XVII. La restauración que aún hoy se lleva a cabo confiere a la iglesia la mayor parte de su aspecto, con sus campanarios tan representativos del perfil de Praga. El interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que sólo está abierta durante las horas de culto, está decorado con frescos que representan la vida de San Norberto, fundador de la Orden Premonstratense. También se conservan allí sus reliquias. Y por si no hubiera suficientes homenajes, una cerveza local elaborada en el lugar desde la Edad Media lleva su nombre. Quizá tengas la suerte de probarla. El punto culminante de la visita es, por supuesto, la famosa biblioteca del monasterio, de más de 800 años de antigüedad y dividida en dos salas: la sala teológica barroca y la sala filosófica clásica. Ambas están unidas por un soberbio gabinete de curiosidades. En total, medio millón de volúmenes, entre ellos 3.000 manuscritos y 1.500 obras anteriores al siglo XVI, están preciosamente almacenados en sus inmensas estanterías de madera. Todo ello, presidido por un magnífico fresco que ilustra la lucha de la humanidad por el conocimiento. En resumen, el monasterio de Strahov te llevará de sorpresa en sorpresa.