El funicular de la colina Petřín

Más que un medio de locomoción en Praga, el funicular de Petřín tiene el mérito de ofrecernos una auténtica página de historia. Inaugurado en 1891, al principio funcionaba con agua. Con la llegada de la tecnología en los años 30, el funicular se modernizó electrificando su mecanismo. Desde su puesta en marcha, el funicular ha tenido dos periodos de parada total. En primer lugar, durante las hostilidades de la Primera Guerra Mundial. Después, en 1965, a raíz de un deslizamiento de tierras que hizo necesario un cierre obligatorio que se prolongó durante más de 20 años. El funicular de la colina de Petřín sigue siendo la forma más práctica de llegar a la cima, aunque no es gratuito. A quienes no les importe caminar un poco, hay senderos bien mantenidos que te llevarán a las alturas.