El reloj astronómico

Cuando visites Praga, verás que no faltan torres, pero si tienes que elegir una, mejor recuerda ésta. ¿La razón? No es su tamaño ni su arquitectura lo que la hace excepcional, sino simplemente el colorido tesoro que adorna una de sus fachadas. Así que, damas y caballeros, aquí están ante uno de los relojes astronómicos más antiguos de Europa, y sin duda el más famoso del mundo. Elaborado en el siglo XV, este reloj, que naturalmente da la hora, tiene la característica excepcional de indicar la posición de la luna y el sol entre las constelaciones del zodíaco, todo ello gracias a un conjunto de esferas. Además de este calendario tan preciso, el mecanismo cobra vida cada día, a la hora en punto, entre las 8 h y las 20 h. Es un momento muy apreciado en el que el timbre del carillón va acompañado de una ronda mecánica de los 12 apóstoles, a su vez contrastada por las figuras alegóricas de la avaricia, la vanidad y la muerte en los laterales del monumento. Tan bello como siempre, el reloj sigue dando que hablar mucho más allá de sus fronteras. Lleno de misterio, se le ha atribuido cierta leyenda. Se dice que el gran relojero que lo rediseñó sublimemente en 1490 fue víctima de los concejales de la ciudad que, para impedir que semejante obra maestra se reprodujera en ningún otro lugar, le sacaron los ojos. Por sed de venganza, se dice que el hombre maldijo el mostrador, de modo que cualquiera que deseara repararlo enloquecería o perdería la vida. Por supuesto, como en la mayoría de las leyendas, nadie sabe realmente lo que ocurrió. Quienes deseen un poco más de altura y una vista completa del Casco Antiguo, pueden subir a la cima pagando la entrada.