Casa Municipal

Cuando se trata de belleza artística, dudo que alguien pueda quejarse al ver esta inmensa obra de arte. Situada en el emplazamiento de un antiguo palacio imperial, ocupado durante 1 siglo por los soberanos de Bohemia, del que hoy sólo queda la Torre de la Pólvora, la Casa Municipal nos sumerge en un universo artístico paralelo. Construida a principios del siglo XX, en pleno renacimiento nacional, esta joya arquitectónica expresa aún toda la exuberancia checa de aquellos primeros tiempos. El exterior, con una fachada sin igual, marca inmediatamente la pauta. Es el triunfo del estilo de la Secesión vienesa, el equivalente austriaco del Art Nouveau, expresado en la ornamentación vegetal y la abundancia de curvas geométricas. Si cada forma está perfectamente sublimada, es también gracias a la combinación ideal de hierro y cristal, por un lado, y a la paleta de colores vibrantes del mosaico y los vitrales del porche de entrada, por otro. Como te habrás dado cuenta, un simple vistazo no basta para mantenerte expectante. Aunque tengas que pagar para visitar el auditorio, no te niegues el acceso al interior, que es igual de majestuoso. El precioso mobiliario de la cafetería y los restaurantes fue decorado por artistas de renombre, como el gran pintor e ilustrador Alphonse Mucha. ¡Verás que tu sentido del detalle será más que exigido! Y no olvides explorar el sótano. Sí, dicho así puede no parecer gran cosa, pero créenos, los resultados serán igual de impresionantes. Además de su elegancia, el lugar ha sido testigo de 2 acontecimientos históricos. Desde su balcón se declaró la independencia de Checoslovaquia en 1918, y el retorno a la democracia tras 40 años de comunismo en 1989. Ahora, la mera mención de la Casa Municipal de Praga trae a la mente brillo, prestigio, historia e inmensa calidad artística.