La iglesia de San Francisco

¡Estás frente a las puertas de uno de los ejemplos más impresionantes de la arquitectura barroca en Portugal! Si bien su fachada combina una arquitectura románica y gótica, que data de su construcción que se extendió entre los siglos XIII y XVIII, ¡es lo que sucede en el interior lo que es particularmente deslumbrante!A principios del siglo XVIII, las tres naves se someten a una renovación completa vistiéndose con sublimes revestimientos de madera dorada. Un trabajo colosal para la época, ya que se estima que se necesitaron más de 300 kg de polvo de oro para cubrir toda la superficie interna. ¡Te dejamos imaginar el resultado! ¡La iglesia es conocida por ser la más ornamentada de Portugal! Si te preguntas cómo fue posible tener tanta cantidad de oro, debes ponerte en el contexto de la época. En los siglos anteriores, Portugal estableció un verdadero imperio colonial y Brasil es una de sus colonias más valiosas. Se extrajeron grandes cantidades de oro y plata de la región de Minas Gerais y se transportaron al Viejo Continente, lo que permitió que iglesias como la de San Francisco estuvieran ampliamente recubiertas de dorado. Dicho esto, este aspecto lujoso, sin embargo, perjudicó a la iglesia en los primeros tiempos. De hecho, el lugar de culto se vio obligado a permanecer cerrado durante varios años, ya que contrastaba demasiado con el entorno pobre del barrio. Aunque algunas iglesias en Oporto se pueden visitar de forma gratuita, en esta se te pedirá que compres una entrada. En medio de esta deslumbrante decoración se encuentra una de las piezas maestras del lugar, esculpida en el corazón del retablo. Este es el notable árbol de Jesé, que rastrea la genealogía de Jesús, ubicado muy cerca del coro. Para aquellos y aquellas que prefieren los escalofríos, también se pueden cruzar las catacumbas de la iglesia, donde se almacena un osario de mil huesos humanos.