La estación de trenes de São Bento

El hecho de que te llevemos a ver una estación no significa que te queramos enviar a otro destino. ¡Por el contrario, te quedas con nosotros! En toda visita a Oporto debe hacerse una parada en la estación de São Bento, que ya muestra su encanto con su aspecto exterior. Puesta en servicio en 1896, e inaugurada a los viajeros en 1916, se necesitaron 30 años para que este sitio emblemático de la ciudad surgiera de la tierra. Situada en la plaza del antiguo convento benedictino de São Bento d ‘Avé Maria, que le dará su nombre, esta estación ferroviaria es obra de José Marques da Silva. Este emblemático arquitecto de Oporto se inspiró en el estilo “Beaux-Arts” francés, para darle a este edificio una imponente fachada, llena de simetría, con estas 2 torres en cada extremo. ¿Sabías que su implicación en el proyecto fue tan intensa que se olvidó de las boleterías? ¡Prueba de que incluso los más grandes tienen derecho a equivocarse! Sin querer opacar al edificio, lo mejor del descubrimiento permanece en el interior, en lo que se conoce como el “Salón de los Pasos Perdidos”. Una verdadera obra de arte, el vestíbulo exhibe no menos de 20.000 azulejos, estas pequeñas baldosas decoradas, que se encuentran en todas partes de Portugal. Ensamblados los unos con los otros, retratan aquí los grandes acontecimientos históricos del país, o bien escenas de la vida cotidiana, en forma de frescos. Revelada al público en 1906 por el pintor portugués Jorge Colaço, autor de grandes composiciones de azulejos, esta joya artística de 550 m² ha requerido 11 años de trabajo. ¡Cuando veas el resultado, dirás que valió la pena! En el friso de color, se representará la evolución del transporte. Deja la prisa para los viajeros y al contrario, tómate todo el tiempo que necesites para disfrutar de este tesoro.