Iglesia y mirador de San Lorenzo

La pequeña plaza a la que llegas te pone cara a cara con una nueva iglesia, más sobria que las que has visto hasta ahora. Se trata de la iglesia de San Lorenzo, también conocida como la iglesia de los Grillos. Si te preguntas por qué, debes saber que se trata simplemente de un cariñoso apodo dado a los canónigos del convento, cuyos cantos escuchados por la noche recordaban al de los grillos, persistentes y melodiosos. La iglesia fue construida por los jesuitas en 1577 en un estilo manierista barroco. Pero después de la expulsión de la compañía de Jesús por el marqués de Pombal, la iglesia pasó por varias manos, antes de la instalación de otros hermanos venidos de España. Son ellos los que ganarán la simpatía de los habitantes y se les atribuirá el dulce sobrenombre de grillos. El edificio ha sido objeto de varias restauraciones y ahora alberga un excelente museo de arte sacro, ubicado en el antiguo dormitorio de los monjes. Si estás interesado en el arte religioso, no dudes en visitarlo, los objetos litúrgicos que se encuentran allí dibujan un interesante retrato de la historia religiosa y artística de Portugal. Ahora nos dirigiremos hacia la catedral, subiendo las escaleras a la izquierda de la iglesia. Una vez en la cima, no pierdas ni un momento para admirar las vistas de la iglesia y de la ciudad más abajo.