Iglesia de Sainte-Radegonde

La iglesia de Santa Radegunda, que se puede ver hoy con su hermoso campanario-porche gótico, se llamaba antes Santa María Extramuros. Cuando la santa fue enterrada allí, adoptó su nombre definitivo. Pero la Dama Radegunda, antes de ser santa, fue esposa de Clotario primero, hijo de Clodoveo. No tenía ninguna intención de convertirse en reina de los francos. Era muy piadosa y se negaba a vestir ropas elegantes o a la gula de los banquetes, prefiriendo dar su pan a los pobres. Llegó a obtener del rey la liberación de varios prisioneros condenados a muerte.  Finalmente se retiró a la abadía de Saint-Croix, que fundó en Poitiers. Allí permaneció hasta su muerte. Se le atribuyen tantos milagros y leyendas que a su tumba acuden peregrinos de todas partes, y fue declarada santa poco después de su muerte. Después de todo, fue ella quien supuestamente libró a la ciudad del terrorífico dragón de Grand’Goule, es decir, de ”Grandes Fauces”, que vivía en los sótanos de su abadía. No fue canonizada por la Santa Sede, pero fue declarada santa por el pueblo. Es natural que sea la Patrona de Poitiers. Ahora subiremos al Mirador de las Dunas. Desde allí se puede contemplar una magnífica vista de la ciudad y ver la estatua de Nuestra Señora de las Dunas. No obstante, el acceso es por escaleras y, lamentablemente, no es posible para personas con movilidad reducida o con silla de ruedas. Si este es tu caso, o si te da pereza subir las escaleras, gira a la derecha por la Calle de los Carolus, para cruzar el Puente Nuevo e incorporarte al circuito en el Paseo Pasteur.