Catedral de San Juan Bautista

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Perpignan, El arte de vivir a la catalana francesa
Justo al frente de la calle del reloj, con al menos 167 catedrales a su nombre, Francia muestra un rico patrimonio cristiano en todo su territorio. Y es aquí, en Perpignan, donde podemos encontrarlo. Tantos testimonios arquitectónicos e históricos que reflejan a la perfección la ciudad o la región por la que transitamos. Por ejemplo, aquí, al pie de la catedral de San Juan Bautista, Perpiñán, la francesa catalana, brilla con más fuerza. Destinada a sustituir a la iglesia de San Juan el Viejo, considerada demasiado pequeña e inadecuada para la que entonces era la capital del reino de Mallorca, la construcción de la catedral de San Juan Bautista se inició en 1324. Fue el rey Sancho de Mallorca quien colocó la primera piedra del futuro lugar de culto. Este evento quedó registrado en una inscripción que aún puede verse en el segundo pilar a la izquierda de la entrada. Sin embargo, apenas 20 años después, las obras se detuvieron abruptamente. El contexto era complicado: el rey Sancho falleció, el reino de Mallorca fue reincorporado a la Corona de Aragón, la peste negra devastó la región, y las dificultades económicas se multiplicaron. No fue hasta 1433 cuando la construcción se reanudó, aunque con un diseño más modesto. Los planes iniciales de tres naves se simplificaron a una sola, amplia y monumental, siguiendo el consejo de Guillem Sagrera, el reconocido arquitecto responsable de la catedral de Palma de Mallorca. Finalmente, en 1509, después de 185 años de trabajo y contratiempos, Perpiñán obtuvo su catedral. Exteriormente, el edificio refleja un estilo gótico meridional con influencias románicas, destacando sus formas masivas y materiales característicos del Rosellón, como ladrillos, guijarros de río y piedra de cantera. El pórtico de piedra, decorado con estatuas de la Patria y la Fidelidad, se añadió en 1630, y el campanario de hierro forjado, con sus tres relojes superpuestos, en 1743. El reloj superior marca las horas, el del medio muestra el día, el signo zodiacal y las fases de la luna, y el inferior indica los cuartos de hora. En el interior, la catedral impresiona con su nave única de 70 metros de largo, 18 de ancho y 26 de alto. Entre sus tesoros se encuentran el magnífico órgano de estilo gótico flamígero, construido a finales del siglo XIV; el retablo blanco del coro, que data del siglo XVII; y el sepulcro del rey Sancho, ubicado bajo el órgano. Además, una curiosidad única es la mano y el antebrazo momificados de San Juan Bautista, supuestamente dejados por un peregrino en 1323, que ocasionalmente se exhiben en una de las capillas laterales. Visitada por más de 450,000 personas al año, la catedral de San Juan Bautista es una parada obligatoria en Perpiñán.

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