Museo Bernadotte

La hermosa casa de piedra que tienes delante es la casa natal de Jean-Baptiste Bernadotte. Puede que su nombre no te suene, ¡pero aquí estamos hablando del rey de Suecia y Noruega! Puede parecer inverosímil, pero es cierto. Este joven de Pau, nacido en una familia de clase media, tuvo una carrera militar sorprendente, ascendiendo de rango gracias a sus victorias y buena gestión de las tropas. Finalmente, se convirtió en heredero del Reino de Suecia. Llegó a general durante la Revolución, y luego a Mariscal del Imperio bajo Napoleón, la más alta distinción militar francesa de la época. En 1807 fue nombrado gobernador de las ciudades hanseáticas del norte de Alemania y se estableció en Hamburgo. Se le ordenó impedir que los británicos invadieran Dinamarca y estar preparado para invadir Suecia. Te ahorraré los avatares de las guerras y sus alianzas, pero el hecho es que, en el transcurso de sus batallas y expediciones, Bernadotte fue abordado para ser príncipe heredero de Suecia. El país atravesaba un grave problema de sucesión. El rey había sido depuesto en favor de su tío, que era anciano y sin descendencia. Un príncipe sueco fue considerado su heredero, pero murió accidentalmente en 1810. Otros países sugirieron príncipes de la alta sociedad, pero, para sorpresa de todos, un grupo de oficiales suecos propuso el nombre de Bernadotte. Sus cualidades como administrador y sus tormentosas relaciones con Napoleón le convertían en el candidato ideal. En aquella época, todas las cortes europeas hablaban francés. Así que a Bernadotte no le supuso ningún problema ocupar su puesto. A la muerte del rey reinante, fue coronado rey de Suecia y Noruega, con el nombre de Carlos XIV. Su entronización causó conmoción en ambos países, y el nuevo soberano fue felicitado por muchos monarcas. Puedes visitar la casa donde nació y descubrir allí el museo que recorre la asombrosa vida de este niño bearnes que llegó a ser rey en Escandinavia.