El Parlemento de Navarra

El edificio blanco que ves en esta plaza nos cuenta toda una parte de la historia de Pau. Hoy alberga el Consejo General de los Pirineos Atlánticos, pero ha tenido muchas otras funciones. Fíjate en su torre, por ejemplo: parece un campanile, ¡y con razón! En su día fue el campanario de la iglesia de Saint-Martin, que se derribó para construir una más grande un poco más allá. Luego se convirtió en la torre de un palacio de justicia, construido en 1585 por orden de Enrique IV. El edificio se convirtió en Parlamento en 1620, cuando Béarn y Navarra se unieron oficialmente a la corona de Francia. Para los que estén un poco confusos, Navarra era un territorio a caballo entre lo que hoy es Francia y España, separado en dos por los Pirineos. Así que tenías la Alta Navarra en España y la Baja Navarra en Francia, que es la parte que nos interesa aquí. Quizá te preguntes por qué este territorio no se anexionó antes, cuando Enrique IV, rey de Navarra, se convirtió en rey de Francia. Técnicamente, durante su reinado, sus dos coronas se convirtieron en una, pero el rey, consciente de las expectativas de los bearneses, decidió mantener su autonomía, asegurándose así su lealtad y evitando revueltas innecesarias. Para reforzar su autoridad y centralizar su poder, su hijo Luis XIII decidió anexionar definitivamente Béarn y Navarra a Francia. Por tanto, era necesario un parlamento, también llamado tribunal soberano, que impartiera justicia en nombre del rey. Estas instituciones existían en todas las provincias de Francia, y fueron disueltas durante la Revolución, con el establecimiento de una administración centralizada y la abolición de las organizaciones feudales. El edificio se utilizó entonces para diversas funciones administrativas, como escuela primaria, museo, archivos e incluso tienda de ropa militar, antes de ser adquirido y restaurado por el departamento. Hasta aquí el pasado, queda por ver qué nos depara el futuro. Pasemos al hermoso Castillo de Pau.