Café Procope
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Unas palabras sobre el Patio del Comercio Saint-André que estás atravesando y su Café Procope. En primer lugar, debes saber que parte de este pasaje se construyó siguiendo las líneas de la antigua muralla construida por Philippe Auguste, una de las siete murallas que rodearon París a lo largo de los siglos. Incluso podrás ver los restos de una torre de fortificación en el interior del restaurante del número 4. El café Procope, a tu derecha, existe desde 1686. Fue fundado por un siciliano, Francesco Procopio dei Coltelli, que introdujo la moda de los cafés en París. Hay lugares así, no sabemos por qué, debe de haber algo en el aire que inspira grandes ideas a los grandes del mundo. Voltaire, Rousseau y Diderot se reunieron aquí, y durante la Revolución se convirtió en un importante centro de actividad política, donde Marat, Robespierre y Danton (que vivía justo enfrente) se reunían con regularidad. A los revolucionarios les siguieron poetas y escritores. George Sand, Musset, Verlaine, Hugo y Balzac., definitivamente toda una multitud. Incluso se rumorea que Benjamín Franklin redactó algunos artículos de la futura constitución de Estados Unidos durante su estancia en Francia. Hoy, el café, orgulloso de su pasado, ostenta textos revolucionarios, placas y medallas de sus antiguos clientes, así como el olvidado sombrero de Napoleón. Todavía cuelgan de las paredes numerosos recuerdos, pero fue el periodista Camille Desmoulins quien mejor resumió el espíritu del lugar: “Este café no está adornado como los demás con espejos, dorados y bustos, pero sí con el recuerdo de los Grandes Hombres que lo frecuentaron y cuyas obras cubrirían las paredes si estuvieran allí almacenadas”.
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