Basílica del Sagrado Corazón

Así que aquí estamos, en la hermosa Basílica del Sagrado Corazón, tan blanca y tan diferente de lo que conocemos en Francia, con su estilo neobizantino y sus cúpulas. Pero debes saber que mucho antes de que se construyera en 1875, la colina de Montmartre ya era un lugar de culto. Desde los druidas galos hasta los templos romanos y la iglesia de San Pedro, la gente siempre ha acudido a la colina para hablar con sus dioses. La basílica, en cambio, nació de una necesidad política y cultural de volver a poner la religión en el mapa. Echemos un vistazo rápido a la historia. En 1870, Francia perdió la guerra contra Prusia. Por lo que París estaba sitiada y aproximadamente 300 parisinos se morían de hambre cada día. Sin duda, eran tiempos difíciles. En aquella época, los parisinos se vieron obligados a comer los animales del zoológico del Jardin de Plantas. Camellos y elefantes, fueron sacrificados para obtener carne. Tras la rendición de Napoleón III ante Bismarck y el establecimiento de un nuevo gobierno, la resistencia no cesó. Sin embargo, aunque el gobierno se rindió, los ciudadanos no lo hicieron. Varias comunas de Francia se negaron a reconocer al nuevo gobierno, especialmente París. Éste fue el episodio de la sangrienta Comuna de París, que incendió la capital y causó miles de muertos. Durante los 72 días que duró, se intentó establecer uno de los primeros gobiernos socialistas: los ciudadanos tomaban decisiones colectivas mientras el gobierno francés, apoyado por las tropas prusianas, aplastaba la revuelta. Sin embargo, lo que nos importa aquí es cómo algunos católicos interpretaron todo aquello como un castigo divino. Así que había que construir una iglesia para expiar sus pecados. El arzobispo quería una basílica, como la de Fourvière en Lyon, que protegiera la ciudad y fuera vista por todos desde lejos. Así que era natural que se eligiera la cima de Montmartre como lugar para su construcción. ¿Cómo se construye un monumento religioso en una época en la que no hay dinero? Funciona cuando todos dan un poco. Los parisinos se metieron las manos en los bolsillos y compraron de una a tres piedras cada uno. Las piedras son blancas, calizas, y tienen la particularidad de blanquearse con el tiempo. Así que la basílica tendrá cada vez mejor aspecto. Como en Lyon, se escribió un voto nacional. Paul Abadie, arquitecto francés, se encargó de las obras. Quiso inspirarse en la mezquita Sainte-Sophie de Estambul. Las obras duraron 50 años, buena parte de los cuales se dedicaron a consolidar el suelo, y se vieron interrumpidas por la Primera Guerra Mundial. Creas o no en ella, debes saber que en abril de 1944, 13 bombas estallaron sobre la Basílica, protectora de París. No hubo víctimas, ni daños importantes en su estructura. Así es como la protección de París superó las pruebas, y la basílica sigue siendo un símbolo de esperanza para todos.