Plaza del Ayuntamiento

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Estás delante del Ayuntamiento de París. Este imponente monumento, con su deslumbrante fachada neorrenacentista, es uno de los símbolos más antiguos de París. El ayuntamiento está situado en esta plaza desde el siglo XIV, pero el edificio que lo alberga ha cambiado mucho. Nada queda de la antigua «casa de pilares» medieval, transformada en un espléndido palacio bajo Francisco I. La sangrienta Comuna de París pasó factura a la representación de los poderes fácticos. Por lo que varios monumentos se perdieron para siempre, como el Palacio de Orsay, el Palacio de las Tullerías y el gótico Palacio de Justicia. A finales del siglo XIX, el ayuntamiento decidió reconstruir el edificio en su lugar original, reproduciendo la fachada del antiguo palacio. La única novedad fue la adición de 200 estatuas de personalidades parisinas, que representaban el mundo del arte, la ciencia y la política. El nuevo edificio es inmenso. La fachada principal mide 143 metros de largo y 18,80 metros de alto. Su superficie total es de ¡55.000 m²! Pero, ¿te has preguntado alguna vez de dónde viene el nombre de Hôtel de ville en francés? Pues bien, todo se remonta a la Edad Media, en una época en que los Señores estaban perdiendo su dominio sobre las ciudades y cada municipio empezaba a ser gestionado por la burguesía de la época. Cada ciudad tenía entonces una sede con un nombre específico, como el Capitole en Toulouse o el Salón de los Burgueses en París. En el siglo XVI, para normalizar todo esto, se decidió rebautizarlas a todas como «Hôtel de ville» (en español ayuntamiento), ya que era aquí, en las casas de la burguesía, donde venían a dormir los nobles visitantes. Aquí, en el corazón del actual barrio de moda del Marais, te encuentras en una plaza que durante mucho tiempo fue la única plaza de París. Mira a tu alrededor e intenta imaginar este lugar cubierto de arena. Era lo que se conocía en francés antiguo como una grève. Es decir, una orilla arenosa que llegaba hasta el río. Como consecuencia, se estableció aquí un puerto, ideal para el comercio de mercancías, que llegaban principalmente por vía fluvial. En aquella época, la gente iba a la orilla del río y esperaba a que alguien les diera trabajo en el puerto. Es por esto que la palabra “grève” se relaciona con el acto de hacer una huelga: esperar algo. Irónicamente, con el tiempo, “faire grève” pasó a significar negarse a trabajar en protesta por las condiciones laborales, dando origen al término “huelga”. Más tarde, la plaza se utilizó para acontecimientos alegres, como los nacimientos y las bodas de los reyes, y para ocasiones menos festivas, como las ejecuciones. De hecho, ¡fue aquí donde tuvo lugar la primera ejecución por guillotina! En 1792. Se dice que los espectadores se sintieron decepcionados por la rapidez de la ejecución. Esto se debe a que estaban acostumbrados a algo más “espectacular”. Al fin y al cabo, habían visto al asesino de Enrique IV, Ravaillac, descuartizado, y a Catalina Deshayes, la famosa envenenadora, ¡quemada en la hoguera por brujería! Así que una cabeza que cae, no impresionaba a nadie. Por otra parte, la Guillotina fue apodada originalmente Louisette, en honor de Antoine Louis, a quien se encargó su diseño, luego Molino del Silencio, después Navaja Nacional y finalmente Guillotina en honor del Doctor Guillotin. Contrariamente a la creencia popular, él no la inventó, pero sí trabajó en las reformas del Código Penal para revisar la pena capital. ¿Pero sabes cuándo tuvo lugar la última ejecución por Guillotina? ¡Mucho más tarde de lo que crees! La última persona ejecutada por guillotina en Francia fue Hamida Djandoubi, un inmigrante tunecino condenado por torturar y asesinar a su exnovia, Élisabeth Bousquet. El crimen fue cometido por “venganza”, ya que la joven de 21 años había presentado una denuncia contra él por intentar forzarla a la prostitución. Djandoubi fue ejecutado el 10 de septiembre de 1977 en la prisión de Baumettes en Marsella. Sin duda, la plaza frente al ayuntamiento es el lugar de reunión preferido para los grandes acontecimientos. Este espacio histórico ha sido testigo de numerosos eventos importantes a lo largo de los años. Si tienes curiosidad por saber qué hay detrás de estos grandiosos muros, puedes visitar el interior gratuitamente tras registrarte en el Departamento de Relaciones Públicas. Además, puedes explorar la increíble biblioteca de la 5ª planta, que alberga una vasta colección de libros y documentos históricos. Este lugar no solo es un centro de administración, sino también un símbolo de la rica historia y cultura de la ciudad.
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