El teatro antiguo

Sí, has adivinado bien! detrás de este espectacular muro de 37 metros de altura se esconde la joya de la corona, la estrella internacional de la ciudad, el famoso Teatro Antiguo de Orange. Como sabes, teníamos planeado llevarte a un punto de vista espectacular desde la colina de Saint-Eutrope, desafortunadamente inaccesible por el momento. Aun así, voy a contarte la historia de este sitio excepcional. No es ningún secreto que se trata del teatro antiguo mejor conservado de Europa. De hecho, es uno de los pocos que todavía conserva su pared escénica con la elevación original. Así que sí, puede bloquear tu vista hoy, pero es la esencia del lugar. Siéntate cómodamente en un banco, a menos que hayas decidido entrar al teatro; en ese caso, no dudes en escuchar la audioguía dentro. Retrocedamos un poco en el tiempo. En el año 36 a.C., los veteranos de la 2.ª legión gala de César fundaron Arausio, Orange, después de su conquista de la Galia, que terminó en el año 52 a.C. con la famosa batalla de Alésia. En resumen, Arausio prosperó y los romanos comenzaron a sentirse como en casa, estableciéndose permanentemente y construyendo teatros, balnearios, foros, templos, etc. Este teatro es uno de los primeros grandes edificios públicos construidos al comienzo del imperio. Se erige, en el siglo I de nuestra era, bajo el reinado de Augusto, en la colina de Saint-Eutrope, con esa característica piedra caliza local amarilla o blanca. A Augusto no puedes perdértelo, te saluda desde su nicho central, majestuoso como es, con sus 3,5 metros de altura. La pared escénica ya impresiona hoy en día, pero hay que imaginar que era aún más espectacular, completamente decorada con losas de mármol de colores, estatuas y 76 columnas. A los romanos les encantaba el teatro, ¡y ojo, aquí no hay juegos de circo! Venían a ver, ¡gratis por cierto!, tragedias, pantomimas, comedias. Para los asientos, los ricos ya ocupaban la primera fila, los ciudadanos comunes iban en el medio y los esclavos al fondo.Habían al menos 10.000 asientos. Estaba bastante organizado, con escaleras radiales para mayor fluidez e incluso un toldo de lona que se desplegaba en caso de lluvia o calor intenso. Pero en el año 391 llegó el cristianismo como religión oficial del Estado y con él el fin de los placeres paganos y las representaciones profanas. El teatro fue cerrado y abandonado a los saqueadores. En la Edad Media, a la gente le importaba poco este teatro en ruinas. Sin embargo, en el siglo XVI Orange era gobernada por príncipes protestantes y se vio envuelta en la tormenta de las Guerras de Religión. Por lo tanto, los habitantes construyeron sus casas dentro del teatro y crearon una especie de mini ciudad fortificada. Durante la Revolución, las torres ubicadas a cada lado del escenario, que verás si entras, se utilizaron como prisión. Realmente tenemos un teatro multifuncional, que no recuperaría su función original hasta principios del siglo XIX. En esa época, había un gran interés por las civilizaciones pasadas, especialmente la Antigüedad. Entra en escena nuestro héroe nacional de la protección del patrimonio francés, Prosper Mérimée, quien llevaría a cabo una gigantesca campaña de restauración y devolvería al teatro su aspecto de antaño. En 1869, 10.000 espectadores acudieron a una representación que fue un éxito inmediato. Eran las fiestas romanas, que en 1902 pasarían a llamarse las Corégies y se convertirían en un famoso evento anual que incluía ballets, obras de teatro, conciertos sinfónicos y óperas, ¡en un marco excepcional! ¡Se trata del festival de arte lírico más antiguo del mundo! El teatro, por supuesto, está clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es el monumento más visitado de Orange. Realmente es una lástima que no puedas admirarlo desde la colina, pero espero que tengas la oportunidad de visitarlo y admirar esta pieza de patrimonio desde el interior.