El Arco del Triunfo

Aquí estás, como un romano del siglo I d.C., llegando por la Vía Agripa a la puerta norte de la ciudad de Arausio. Te quedas asombrado ante este imponente monumento recién construido que simboliza la supremacía de Roma. Incluso te sientes orgulloso de ser romano cuando ves este sublime arco, construido para conmemorar la Guerra de las Galias. Este arco está dedicado a los veteranos de la Segunda Legión Gala que fundaron esta ciudad de Aurasio y celebra la gloria del gran general Germanicus que derrotó a todos los bárbaros de las llanuras. En resumen, como buen romano que se respeta, sabes que el Arco del Triunfo marca también un paso entre los límites del mundo de los muertos y el de los vivos, símbolo de la ciudad antigua, y te has puesto hoy tu mejor toga y tus mejores sandalias para cruzarlo. Pero no tienes ni idea de lo que le va a pasar a este monumento ¡sobrevivirá al menos 2 milenios! He aquí un repaso a la agitada vida de uno de los Arcos del Triunfo más antiguos y grandes del mundo. Se calcula que fue construido entre los años 10 y 27 d.C. Estaba totalmente esculpido y decorado con hermosas columnas y paneles que representaban escenas de batallas entre germanos y galos. La dedicatoria hace pensar que el arco se dedicó primero a Germanicus y después al emperador Tiberio. Tiberio fue el segundo emperador del Imperio Romano, después de Augusto, que fue su padre adoptivo. Y para que puedas seguir el orden de los emperadores romanos, el padre adoptivo de Augusto es Cayo Julio César. Pero no pensamos en él como el primer emperador romano, sino como un general que llegó a ser dictador de la República Romana. Esta comenzó con la caída de la realeza en la antigua Roma y terminó con el asesinato de Julio César. Hasta aquí lo básico. Así que, por muy bello y grandioso que fuera, el Arco estuvo algo abandonado hasta el siglo XIII, y desde luego algo saqueado durante los numerosos conflictos de los siglos. Pero un príncipe de Orange, Raymond des Baux-Meyrargues, se dio cuenta de que era sólido y que aún podía ser muy práctico, ¡y decidió transformarlo en una fortaleza! Entonces, hizo construir un calabozo sobre el monumento y tapió los arcos para hacer salas de estar. Además, rodeó todo de fosos y una gran muralla de más de 4 metros de altura. No se parecía en nada al hermoso Arco del Triunfo construido por los romanos, pero al menos no desapareció y protegió a la ciudad. En el siglo XVI, el castillo de Arco se incluyó en las fortificaciones del castillo de Orange. En 1660, Luis XIV de Francia lo derribó todo, salvo el Arco. Pero dada la fascinación del “Rey Sol”, como se apodaba, por la Antigüedad, esta acción no fue de extrañar. Después, el Arco perteneció a la compañía de arqueros de la ciudad, que acudían a entrenarse allí. Se dice que celebraban una competición anual para elegir al mejor tirador, que era declarado rey durante un año. El arco caerá de nuevo en ruinas antes de ser restaurado por primera vez en 1824 por Auguste Caristie, un gran arquitecto francés. Caristie eliminó los añadidos medievales y devolvió al Arco su antigua grandeza. Siguieron otras restauraciones, entre ellas la más reciente, en 2021, que hoy le ofrece este maravilloso sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO en todo su esplendor. Hoy en día, se pueden ver los detalles del friso de la parte superior, que continúa en los 4 lados del monumento. Muestra escenas de batallas entre romanos y galos. Los romanos se reconocen por sus túnicas y corazas, mientras que los galos aparecen desnudos y con el pelo largo. Encima de los pequeños arcos, se ve un revoltijo de escudos, lanzas y cascos. Mientras que en los paneles superiores, se aprecian las proas de los barcos, anclas, tridentes y otros elementos que recuerdan la supremacía de la marina romana. Finalmente, los estrechos laterales presentan trofeos entre columnas corintias. Ahora nos dirigiremos por la avenida del Arco del Triunfo a nuestro siguiente punto de interés. Si estás aquí en Julio y Agosto, puedes tomar uno de los autobuses urbanos gratuitos, conocidos como los «Augustines», que la ciudad pone en marcha entre el centro y el Arco del Triunfo.