Castillo de los principes de Orange

Ce point d’intérêt est disponible en audio dans le circuit: Visitar Orange, La ciudad de los principes
Desde aquí arriba se observa a vista de pájaro la colina de Saint-Eutrope, donde se alzaba el castillo de los príncipes de Orange-Nassau. Nuestro recorrido original estaba diseñado para llevarte lo más cerca posible de estos vestigios para contarte su historia. No obstante, el acceso a la colina está deshabilitado debido a las obras de restauración de este patrimonio. Después de tres siglos de abandono, la ciudad de Orange ha tomado la iniciativa y ha puesto en marcha un gigantesco proyecto para salvaguardar y valorizar la colina de Saint-Eutrope, el Capitolio y el castillo. La primera fase de las obras durará 3 años, y el proyecto completo se extenderá a lo largo de 12 años. Así que no tardarás en disfrutar de los resultados, ¡seguro que espectaculares! Mientras tanto, debes saber que en la Edad Media hubo aquí una fortaleza, luego un castillo principesco. De hecho, con la caída del Imperio Romano en el siglo V, Orange se vio amenazada por el riesgo de invasiones bárbaras y organizó su defensa en lo alto de la colina. En el siglo XII, Tiburge de Orange, hija de Raimbaud de Nice, levantó las ruinas romanas y construyó un castillo feudal. En 1163, Orange recibe el título de territorio. Tras los condes de Toulouse, que gobernaron la región en la Edad Media, llegó la ilustre familia des Beaux, procedente de la nobleza provenzal, que gobernó la ciudad hasta el siglo XIV. El castillo se convirtió entonces en un edificio militar principesco. La familia vivía en la ciudad y sólo utilizaba la fortaleza en tiempos de peligro, lo que no era raro dado que los príncipes de Orange estaban siempre en conflicto con los reyes de Francia. En 1530, la ciudad y el castillo pasaron a los condes de Nassau, que los heredaron en su testamento. Bajo su reinado, la fortaleza se transformó en un magnífico y más confortable castillo principesco de estilo renacentista. Trata de imaginátelo, erguido e imponente sobre la colina. Desgraciadamente, el castillo fue parcialmente destruido durante las guerras de religión que asolaron el siglo XVI. Muchos de los habitantes de Orange, que se habían convertido al protestantismo, se habían refugiado aquí, sintiéndose protegidos por la familia principesca, que también era protestante. Como consecuencia, el castillo fue atacado e incendiado muchas veces por los católicos, y restaurado otras tantas. Pero en el siglo XVII, Luis XIV emprendió una política de desmantelamiento de las fortificaciones feudales, con el objetivo de afirmar su control sobre el reino de Francia y reducir la independencia de los señores locales. Orange no fue una excepción, y la destrucción total del castillo de los condes de Orange-Nassau marcó un punto de inflexión en la historia de la ciudad, poniendo fin a su importancia militar. Aunque pueda parecer brutal, siguió un periodo de relativa paz, bajo la autoridad centralizada del rey de Francia. Los restos de esta antigua fortaleza están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La ciudad espera obtener su inscripción definitiva una vez finalizado el proyecto de renovación. Se trata de un reto importante para Orange, cuyo atractivo como destino turístico no deja de crecer.

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