Templo de Diana

Es imposible perderse este vestigio romano, situado en pleno centro de los jardines de la Fontaine. A pesar de que esté menos preservado que el anfiteatro romano o la Maison Carrée, merece bien la pena. Y aunque no sabemos exactamente para qué se utilizaba este monumento, conocido como el Templo de Diana, sí sabemos que formaba parte de un gran santuario dedicado al emperador romano Augusto, y que data del siglo I a. C. Se convirtió en abadía en el año 991, que posteriormente fue parcialmente arrasada por un incendio en el siglo XVI. Al trazar el jardín, se pidió que el templo o al menos sus ruinas, se dejaran tal cual para añadir aún más atractivo al parque, y además también evoca misterio, ya que la historia completa de este monumento es desconocida hasta el día de hoy.