Puerta de Augusto

La puerta de Augusto es una auténtica joya del patrimonio de Nimes. También conocida como Puerta de Arlés, es un vestigio muy antiguo de las murallas romanas que rodeaban la ciudad, y data del siglo I a.C. Flanqueada por dos grandes arcadas, que permitían la entrada de carros, y otras dos más pequeñas a cada lado para los peatones, era una de las diez puertas que permitían a los habitantes entrar en la ciudad. Nemausus, como se llamaba antiguamente a Nimes, estaba rodeada por una muralla de casi 7 km de largo, 9 metros de alto y 2 metros de ancho. En la actualidad, sólo dos de estas puertas siguen siendo visibles en la ciudad, ésta y la puerta de Francia. La Puerta de Augusto era sin duda una de las principales, puesto que por ella pasaba la Via Domitia, la calzada romana que unía Italia con la Península Ibérica. Figúrate que este recinto fortificado también estaba flanqueado por más de 80 torres, destinadas a proteger la ciudad de los ataques enemigos. Como es de esperar, está catalogado como monumento histórico, al igual que varios de los edificios de la ciudad. Un poco más adelante, verás una estatua de Augusto desde la verja. También observarás que hay un desnivel y que la puerta está más hundida en el suelo: cabe recordar que la ciudad romana hace 2.000 años, estaba 1 metro más baja que el nivel urbano actual. Es muy sorprendente.