Puente de los Mercaderes

Es difícil darse cuenta aquí, pero en realidad estás en el corazón de un puente que cruza el canal de la Robine. El puente de los Mercaderes es una verdadera curiosidad de la ciudad, casi única en Francia: forma parte, junto con el puente de Rohan situado en Landerneau, en Bretaña, de los dos únicos puentes habitados del país. Como puedes ver a cada lado de la calle, cuenta con tiendas e incluso viviendas, que hacen que ni siquiera te des cuenta de que estás en un puente. ¿No te parece bastante inusual? Es el mismo principio que el Ponte Vecchio en Florencia. Fue construido en la época galorromana y formaba parte de la Vía Domitia, la famosa calzada romana que unía España con Italia desde el siglo II a.C. Durante la Edad Media, permitía conectar la antigua ciudad romana, que se llamaba Narbo Martius, con el burgo medieval. ¡Un puente que tenía, por lo tanto, una gran importancia para la época! Antiguamente estaba compuesto por 7 arcos, que se extendían a lo largo del Aude, que en ese momento se llamaba Atax. Al final de la Antigüedad, el Aude fue desviado y dejó paso al canal de la Robine, que el puente de los Mercaderes cruza hoy en día. Hoy en día solo queda un arco, pero esta pequeña parte del puente nos permite, de todos modos, retroceder en el tiempo e imaginar cómo era antiguamente. Incluso puedes, al cruzarlo, darte un pequeño paseo de compras, así que ¡aprovéchalo!