Basílica de San Pablo

Aquí está la basílica de San Pablo, una de las iglesias más antiguas del sur y la primera iglesia gótica construida en Narbona. Típica de la arquitectura del sur, fue construida a partir del siglo XII sobre las huellas de una antigua iglesia que databa del siglo V. De hecho, en el interior de la basílica de San Pablo se encuentra un cementerio paleocristiano que data del siglo III o IV. Contiene, en particular, la tumba de San Pablo, el primer obispo de Narbona en el siglo III. Aunque ha sido remodelada con el tiempo, con la reconstrucción de su coro en el siglo XIII y de sus bóvedas en el siglo XIV, conserva bastante bien sus planos originales, mezclando una arquitectura procedente tanto del arte románico como del arte gótico. En el interior, encontrarás grandes y hermosos cuadros de Jacques Gamelin, los tapices de Aubusson, pero también la famosa rana de San Pablo, que es objeto de varias leyendas narbonenses. Se encuentra en el corazón de la pila bautismal tallado en mármol blanco, que a su vez está incrustado en el pilar derecho de la iglesia. Según la leyenda, San Pablo, que te recuerdo que era el primer obispo de Narbona, decide ir a predicar a orillas del estanque de Bages. Pero los pescadores que ya estaban allí se negaron a escucharlo y le lanzaron un gran desafío para probar quién era: debía, gracias a un bloque de mármol, construirse un barco que flotara sobre el agua. San Pablo lo talló sin problemas, pero una vez dentro, fue incapaz de navegar, sin saber cómo avanzar. Mientras los pescadores se burlaban de él, una rana saltó al barco y lo llevó al otro lado del estanque, salvando al obispo de las burlas de los otros habitantes. Para agradecerle, San Pablo decidió inmortalizarla en el pila bautismal de su iglesia, en Narbona. Entonces, ¿crees en ello? Otra leyenda cuenta que esta rana, pasando frente a la iglesia en el momento en que los fieles cantaban y rezaban en coro, decidió entrar y cantar con los demás. Pero su croar, evidentemente, sorprendió a toda la asamblea, que vio en ella la reencarnación de Satanás. El propio San Pablo la habría convertido en piedra para silenciarla. No es muy agradable todo esto, ¿verdad? Después de todo, solo era una rana… Todo esto para decir que la basílica de San Pablo, además de ser una de las iglesias más antiguas de Narbona, debe su reputación a las numerosas leyendas que la conforman.