Ópera Graslin

La plaza Graslin donde estás ahora, es el centro del barrio que lleva el mismo nombre, situado en la zona más popular de Nantes. Todo este barrio fue diseñado en el siglo XVIII por Louis Joseph Graslin, arquitecto de vocación que quería algo elegante, refinado y culto. En aquella época Nantes era una ciudad en pleno auge. Se había enriquecido rápidamente gracias al comercio de esclavos, que los enviaba desde África a las posesiones francesas en América. Los comerciantes de Nantes enseguida se enriquecieron, lo que propició la construcción de numerosas casas señoriales, imponentes edificios públicos, etc. Además, desde siempre Nantes había sido un lugar apasionado por el teatro y la ópera y contaba ya con algunos teatros muy populares, pero considerados demasiado pequeños. Fue con este espíritu de ostentosidad con el que se fundó la Ópera de Graslin. En el año 1780, Louis Joseph Graslin, que como ya he dicho estaba creando un gran barrio burgués, encargó a Mathurin Crucy, arquitecto municipal de Nantes, la construcción de un teatro de prestigio para dar a conocer la riqueza de la ciudad. Inspirándose en el recién inaugurado teatro del Odeón de París, propuso este conjunto neoclásico con su bello peristilo de 8 columnas corintias que sostienen un balcón en el que se sitúan 8 de las 9 antiguas musas. En 1796, el teatro fue arrasado por un incendio. No fue hasta la visita de Napoleón I en 1808, que se volvió a reconstruir de forma idéntica a manos del mismo arquitecto. Nantes es una de las pocas ciudades de Francia que ha conservado un teatro de época con butacas de terciopelo azul y dorado, así como un magnífico techo pintado. En Francia sólo quedan 4 teatros que conservan los colores de la realeza francesa, los demás lucen evidentemente el rojo de los teatros a la italiana. El teatro Graslin fue renovado en los años sesenta y declarado monumento histórico en los noventa.