Barrio Bouffay

El barrio de Bouffay representa la vida nantesa por excelencia. Y no es algo nuevo, ya que fue aquí donde los Namnètes fundaron su ciudad celta. Se sabe que el municipio poseía una excelente industria del bronce y que las herramientas, el trigo y el cáñamo se intercambiaban por ánforas, alfombras, aceites y joyas. Tras la conquista romana y después de haberse fundado Condevincum, la ciudad se expandió en torno a este barrio histórico. Su nombre actual se remonta al siglo X, cuando se construyó el castillo de Bouffay por encargo de Conan I de Bretaña. Como habrás podido observar las calles de este barrio son estrechas y aún conservan casas de entramado de madera del siglo XV. En febrero de 1718, se produjo un incendio en la tienda de un fabricante de pelucas y gran parte del barrio se convirtió en cenizas. A raíz de esta tragedia, tres años más tarde se fundó el primer cuerpo de bomberos de la ciudad. Hoy en día, el barrio está repleto de tiendas, comercios, bares y restaurantes. Por lo que las calles de Bouffay están siempre llenas de bullicio. Es el lugar más turístico y concurrido de la ciudad. Precisamente en el centro de la plaza se halla una original estatua del artista Philippe Ramette llamada “Éloge du pas de côté”. Es un homenaje a las atrevidas apuestas artísticas de la ciudad. Si te adentras un poco más en el barrio, encontrarás incluso viñas, plantadas al final de la calle del antiguo hospital. Fue la mancomunidad de Montmartre en París, la que ofreció sus viñas de Chardonnay a la mancomunidad de Bouffay, en 1976. Si bien en París las vendimias de los viñedos de Montmartre producen vino, aquí tienen un carácter más simbólico y tradicional. Un grupo de vendimiadores con atuendos típicos vienen a cortar las uvas, antes de prensarlas a la antigua usanza para producir una pequeña botella. El fruto de estas vendimias populares, repletas de gracia y buen ambiente, se consume tan pronto como se recolecta.