Torre de los Pinos

A tan solo 120 metros de aquí, en línea recta, te espera otro testigo notable de la historia de Montpellier: la Tour des Pins, o Torre de los Pinos. En el siglo XIII, el señor Guillermo VIII mandó construir una muralla con 25 torres para proteger la ciudad. Hoy solo quedan dos: la Torre de los Pinos y la Torre de la Babote.

A lo largo de los siglos, esta torre vivió muchas vidas. Perdió su función defensiva en 1592, fue prisión durante la Revolución Francesa y, a principios del siglo XIX, convento para jóvenes reformadas. De 1886 al año 2000, albergó más de 4 000 documentos de los archivos municipales.

Y desde 2003, es la sede de los Barones de Caravetes, una cofradía que celebra a quienes tienen raíces familiares en Montpellier. Además de su historia, la torre también tiene su leyenda. Fíjate en la copa de árboles que asoman desde su cima. Según se cuenta, cuando Nostradamus llegó a estudiar Medicina aquí en 1529, vio los pinos creciendo en lo alto de la torre y profetizó: “Cuando los pinos desaparezcan, Montpellier perecerá”.

Así que imagina el susto cuando uno cayó en 1828… Nada grave ocurrió, pero desde entonces, el Ayuntamiento ha cuidado con esmero los árboles. Y cuando murieron en los años 60, los sustituyó por cipreses. Por ahora, Montpellier sigue en pie.