Jardín de las Plantas (Pt 2)

Desde hace siglos, el Jardin des Plantes forma parte del paisaje de Montpellier. Y aunque creas conocerlo, guarda todavía muchas sorpresas. ¿Sabías, por ejemplo, que aquí crece uno de los primeros ginkgo biloba plantados en suelo francés? En los años 1840, el botánico Raffeneau-Delile le injertó brotes femeninos para que pudiera reproducirse solo.

De él descendieron muchos otros ejemplares en todo el país. En la parte más antigua del jardín, en la llamada Montaña Richer, hay otro árbol muy especial: un filario de hojas anchas, de la familia del olivo, que lleva más de 400 años en pie. Es el habitante más viejo del jardín, y también el más querido. Le llaman el “árbol de los deseos”, porque muchos visitantes dejan mensajes entre sus ramas o dentro de su tronco, con la esperanza de que se cumplan.

Entre las plantas, también se esconden obras de arte. Por ejemplo, el monumento a François Rabelais, escritor y médico que estudió en Montpellier en 1530. Fue inaugurado en 1921 y muestra su busto rodeado de los rostros de Gargantúa y Pantagruel, y un bajorrelieve con una de sus fábulas más famosas… aunque algo misógina. El jardín también inspiró a grandes escritores como André Gide y Paul Valéry.

Según la leyenda, solían reunirse por la noche junto a la tumba de Narcissa, nuera del poeta inglés Edward Young, que habría sido enterrada aquí en secreto por ser anglicana. Aunque en realidad parece que murió en Lyon, y que está enterrada allí… muchos visitantes británicos siguen viniendo a rendirle homenaje. Y hablando de tumbas verdaderas, aquí también está enterrado Charles-Louis Dumas, primer decano de la Facultad de Medicina y primer rector de la Universidad de Montpellier.

Antes de morir en 1813, pidió ser sepultado junto a la noria sur, frente a la universidad. Y así se hizo. Como ves, ya seas amante de la botánica, del arte, de la literatura o simplemente curioso, el Jardin des Plantes tiene algo especial reservado para ti.