Palacio Salvo

El Palacio Salvo, en la esquina de la plaza y la avenida 18 de Julio, es sin duda el edificio más emblemático de la capital. Este alocado rascacielos art déco combina influencias góticas, renacentistas y neoclásicas. El Palacio Salvo es muy original, pero tiene un hermano gemelo: el Palacio Barolo, en la Avenida de Mayo de Buenos Aires. Ambos fueron obra del arquitecto italiano Mario Palanti y, en el caso del Palacio Salvo, fue impulsado por tres hermanos empresarios, los Salvos, de ahí su nombre. En el momento de su construcción, ambos palacios estaban dotados de un faro para permitir la comunicación entre las dos capitales. El Palacio Salvo, inaugurado en 1928, fue brevemente el edificio más alto de América Latina, antes de ser destronado por el edificio Kavannah de Buenos Aires. El terreno adquirido por los hermanos Salvo albergaba anteriormente la confitería La Giralda, donde Gerardo Matos Rodríguez compuso su tango La cumparsita en 1917. Aquí se encuentra el Museo del Tango, donde podrás descubrir las profundidades de su historia. También puedes realizar una visita guiada por el edificio, que tiene un costo. La visita te transportará al esplendoroso pasado de un edificio que en un principio iba a ser un hotel de lujo, pero que la dictadura y la crisis económica dañaron gravemente y transformaron en oficinas y viviendas. La renovación ha comenzado y se está escribiendo una nueva página en la vida del Palacio Salvo.