Origen del nombre Montevideo

También quería hablarte del origen del nombre de Montevideo. ¿Por qué los colonos decidieron llamar así a la ciudad? Hay dos posibilidades, ambas bastante cercanas. La primera es que un colono portugués que navegaba hacia la costa exclamó “Monte vide eu”, que puede traducirse como “veo una montaña”. La otra versión es que, cuando llegaron los colonos españoles, escribieron que habían llegado a la sexta montaña de este a oeste. Si lo escribes en español y en números romanos, obtienes Monte Vi de Este a Oeste, Montevideo. A ver qué versión prefieres. En cualquier caso, el hecho de que el origen del nombre se reparta entre españoles y portugueses no es insignificante. De hecho, cuando la corona española fundó Montevideo en 1726 y construyó allí un fuerte, envió un claro mensaje a Portugal. Tenemos el control sobre este territorio, como estipula el Tratado de Tordesillas. Puede que no conozcas este tratado, pero dio forma a la América Latina que hoy conoces y reguló la colonización del mundo. Este documento, firmado en 1494, dividió el Nuevo Mundo en dos, entre las coronas de España y Portugal. Como si fuera lo más normal del mundo, los Reyes Católicos y Juan II de Portugal se repartieron el pastel. Francisco I estaba furioso y pidió ver la cláusula que le excluía del reparto, pero no se pudo hacer nada. Una línea de demarcación imaginaria, validada por el Papa, separaba ahora el Nuevo Mundo, cruzando el Atlántico al oeste de las islas de Cabo Verde. Cualquier descubrimiento al este de esta línea sería portugués y cualquiera al oeste sería español. De ahí Brasil, único territorio país portugués del continente. En resumen, Uruguay está en el límite de esta frontera, y eso es lo que los españoles querían destacar. En cualquier caso, el Tratado de Tordesillas permitió a España convertirse en la primera potencia mundial al crear un gigantesco imperio a partir de México y Perú, llenando las arcas del país de oro y plata. Como te puedes imaginar, el tratado fue pronto cuestionado. Brasil estaba bien fuera de la línea impuesta, y las otras potencias europeas no lo iban a darlo por sentado. Y en el siglo XVII, España y Portugal, en decadencia, asistieron impotentes a la creación de nuevos imperios coloniales en sus territorios reservados. Hasta aquí esta pequeña pausa histórica, ¡siempre útil!