Puerta Serpenoise

¡Mira a tu izquierda, la Puerta Serpenoise! Hoy en día, las ciudades se expanden y se fusionan, pero desde el siglo III, con la construcción de la primera muralla romana, hasta la demolición de la última muralla a principios del siglo XX, la ciudad estuvo bien delimitada y protegida. En el siglo XIII, Metz adquirió los privilegios de ciudad libre del Imperio dentro del Sacro Imperio Germánico. Eso significa que la ciudad dependía directamente del Emperador y no de un príncipe del Imperio, y que disponía de más libertades, jurisdicción propia y no estaba obligada, por ejemplo, a participar en las guerras y cruzadas emprendidas por el Emperador. En resumen, la burguesía se enriqueció rápidamente, Metz se convirtió en una poderosa república oligárquica y sus vecinos empezaron a interesarse seriamente por ella. Como consecuencia, construyó sus murallas y levantó sus torres. Fue aquí donde se construyó la primera puerta serpenoise. Tiene un puente fortificado que cruza el foso de las murallas y marca así la entrada sur de la ciudad. Sin embargo, fue gravemente dañada durante el asedio de Metz y la torre medieval fue demolida para dar paso a los cimientos de la nueva ciudadela de Metz, establecida por los franceses en 1556. Sí, porque mientras tanto, la ciudad perdió parte de su riqueza debido a las epidemias y las guerras religiosas, y se había acercado a los franceses. De hecho, esa es la razón por la que Carlos V asedió la ciudad en 1552. En fin, la nueva Puerta Serpenoise que ves aquí fue construida en 1852 y sirve de enlace con la antigua estación. Cuando se demolieron las murallas a principios del siglo XX, la puerta se conservó y se transformó en una especie de Arco del Triunfo, decorado con bajorrelieves que representan 4 eventos históricos de Metz: cuando el panadero Harelle dio la alarma y salvó la ciudad de los atacantes en el siglo XV, la victoria del duque de Guisa sobre Carlos V en el siglo XVI, el asedio de 1870 y la liberación de 1918. En cualquier caso, la Puerta Serpenoise sigue siendo un símbolo de la posesión de la ciudad. Cada vez que la ciudad fue anexada, los vencedores desfilaron por debajo de ella. En 1918, las tropas aliadas liberaron Metz y pasaron a través de esta puerta como símbolo de victoria.