Iglesia Saint-Maximin

La pequeña calle de la Baue conduce a la iglesia de Saint-Maximin, que se encuentra justo a la izquierda. Este lugar puede que no sea muy conocido, pero realmente vale la pena descubrirlo. Entra, por que es dentro donde ocurre la magia. Sus vitrales en tonos pastel y la luminosidad de sus muros le dan una suavidad muy especial. Pero aquí, lo que nos interesa son estos cautivadores vitrales. Son obra del famoso poeta, pintor, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau. Elegido miembro de la Academia Francesa, fue uno de los artistas más influyentes del siglo XX con su influencia en toda la escena artística de la época. Cocteau, que se consideraba ante todo un poeta, ya que toda su obra es sobre todo poética, ha creado en la pequeña iglesia de Saint-Maximin un notable despliegue de 24 ventanas. Son vitrales hipnotizantes en azul y verde, un verdadero homenaje a la inmortalidad y a la comunión entre el hombre y la naturaleza. Aprovecha la oportunidad porque son los únicos vitrales conocidos de Jean Cocteau, junto con los de la capilla de Jerusalén en Fréjus