Arco de Trajano

Si hubieras vivido en Augusta Emerita en la época romana, habrías atravesado este Arco, que se alza frente a ti, para llegar al templo dedicado al culto imperial. Este nuevo culto era una especie de religión que consideraba dioses a los emperadores y a ciertos miembros de sus familias. Este arco se conoce como el Arco de Trajano, aunque no hay información que lo vincule a este emperador en concreto. Lo que sí se sabe es que se construyó durante el reinado del emperador Tiberio, en la primera parte del siglo I. Se trata de un arco de medio punto de unos 15 metros de altura, aunque hoy en día los 2 metros de sus cimientos están enterrados bajo los adoquines. También sabemos que sus grandes piedras de granito estaban recubiertas de mármol y que la estructura tenía dos puertas a cada lado. Esto se desprende de una serie de agujeros en los sillares, destinados a sostener los bloques de mármol. Pero dado que el revestimiento se ha perdido, y con él la valiosa información que debía contener, es bastante difícil datar con precisión su construcción o saber más sobre su función. Basándonos en el trazado de Mérida, podemos decir que se encuentra en el eje del Cardo Maximus, una de las calzadas más importantes de las ciudades romanas, que atravesaba la ciudad de norte a sur. A la derecha se puede ver el pavimento original a los pies del arco. El Arco de Trajano fue declarado Bien de Interés Cultural en 1912 y, posteriormente, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, junto con el conjunto arquitectónico romano de Mérida.