Estación Flinders

Probablemente ya la habrás reconocido, pues es el monumento más emblemático y fotografiado de la ciudad. Aquí estás, frente a la estación de Flinder, la estación de ferrocarril de Melbourne. Más exactamente, estás «bajo los relojes», como dicen los lugareños que se reúnen aquí, ¡en referencia a los diversos relojes que llevan indicando las horas de salida de los trenes desde 1860! En 1854 se instaló la primera línea de tren, que unía la nueva ciudad con su puerto. Su terminal en Melbourne era un simple cobertizo de madera. El actual edificio de estilo renacentista francés se terminó en 1910, tras 10 años de obras. Sus plantas pueden alquilarse para tiendas u oficinas. La planta superior se diseñó especialmente para la Victorian Railway Company, que con los años instaló un anfiteatro, convertido más tarde en un salón de baile muy popular en los años 50 y 60. La sombrerería que ves en el sótano, junto a la entrada principal, ¡ha estado allí desde siempre! Se llama City Hatter desde 1933, ¡y no se va a ir a ninguna parte! Pero lo más famoso de esta estación son sus relojes. Indican a qué hora sale cada tren. Los relojes ya estaban presentes en la estación de Fortuna, construida en el siglo XIX. Hoy están automatizados, pero en el pasado era tarea de una persona cambiar la hora manualmente utilizando una larga pértiga. ¡Había que hacerlo cien veces por hora! El ayuntamiento propuso sustituirlos por relojes digitales cuando los revisaron en 1983, ¡pero se encontraron con tal revuelo que los volvieron a instalar en 24 horas! Como puedes ver, los locales están muy apegados a sus relojes Flinder.