Palacio de la Bahía

Te encuentras ante una de las visitas imprescindibles de Marrakech. Este palacio, construido a finales del siglo XIX, fue diseñado con el objetivo de convertirse en el más bello, grande e importante de su época. De ahí que su interior sea extraordinario. Fue construido por Si Moussa, gran visir del sultán Hasán I, a partir de 1866, y luego ampliado por su hijo Ahmed ben Moussa, que vivió allí con sus cuatro esposas, sus hijos y su harén de 24 concubinas. Traducido al español, el palacio se llama Palacio de la Bella, en referencia al nombre de su esposa favorita. Se tardó más de diez años en terminar esta obra maestra de la arquitectura morisca, diseñada para satisfacer los deseos de las esposas del visir.  Si dispones de tiempo libre, te recomiendo que lo visites: el interior cuenta con 160 habitaciones ricamente decoradas con pinturas, mosaicos y azulejos, un patio gigantesco, impresionantes jardines con naranjos, plátanos, palmeras, jazmines y lilas, hammams, establos y multitud de patios. Con posterioridad a la muerte del visir, el palacio fue saqueado por el nuevo sultán y quedó abandonado. Pero en 1912, cuando se inició el protectorado francés en Marruecos, se convirtió en la residencia oficial del general Lyautey, que añadió calefacción, electricidad y chimeneas. Aunque las salas están vacías debido a los saqueos, el palacio se conserva en muy buen estado y cuenta con decoraciones que merecen una ojeada, creadas por los mejores artesanos marroquíes de la época. Es una visita que no puedes perderte para descubrir uno de los mejores ejemplos de arquitectura arábigo-andaluza.