Visitar Malta: las 10 cosas que hay que ver y hacer obligatoriamente

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Enclavado en el corazón del Mediterráneo, el archipiélago maltés presume de un patrimonio excepcional forjado por tres milenios de historia. Desde las imponentes fortificaciones de La Valeta hasta algunos de los templos megalíticos más antiguos del mundo y las cristalinas aguas de Comino, Malta ofrece una concentración única de tesoros culturales y naturales. Tanto si es aficionado a la historia como al submarinismo o busca pueblos pintorescos, este archipiélago mediterráneo promete una experiencia de viaje inolvidable.

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1. La Valeta, capital barroca declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

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©Pixabay – MarcinCzerniawski

Es imposible visitar Malta sin descubrir su magnífica capital. Fundada en 1566 por los Caballeros de la Orden de San Juan, La Valeta cuenta con más de 300 monumentos históricos en una de las capitales más pequeñas de Europa. Esta ciudad fortificada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es testigo de un pasado glorioso que mezcla influencias mediterráneas con arquitectura barroca.

Pasee por sus calles adoquinadas y descubrirá la Concatedral de San Juan (Triq San Gwann, Il-Belt Valletta, con una puntuación de 4,8/5 en Google sobre 15.000 opiniones), una auténtica obra maestra del barroco que alberga dos importantes pinturas de Caravaggio. Los Jardines del Alto Barrakka ofrecen espectaculares vistas panorámicas del Gran Puerto y las Tres Ciudades. No olvide explorar el Palacio de los Grandes Maestres, testimonio del poder de los Caballeros de Malta.

2. Mdina, la silenciosa ciudad medieval

Encaramada en las alturas de la isla, Mdina personifica la Malta medieval. Esta antigua capital fortificada, apodada la “Ciudad del Silencio”, seduce a los visitantes con sus callejuelas en las que el tiempo parece haberse detenido. Con sus palacios aristocráticos y sus iglesias barrocas, Mdina ofrece un ambiente único, sobre todo al atardecer, cuando los escasos visitantes se han marchado.

No se pierda la catedral de San Pablo, un magnífico edificio barroco, ni la Domus Romana (Wesgha tal-Musew Rabat, RBT 1202, con una puntuación de 4,3/5 en Google sobre 1.200 opiniones), una villa romana que data del siglo I a.C. y presenta espléndidos mosaicos. Las murallas de la ciudad también ofrecen unas vistas excepcionales de la isla hasta el mar.

3. Las Tres Ciudades, cuna histórica de Malta

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©Pixabay – Efraimstochter

Frente a La Valeta, al otro lado del Gran Puerto, las Tres Ciudades (Vittoriosa, Senglea y Cospicua) son la parte más antigua del archipiélago maltés. Estas tres ciudades fortificadas narran la tumultuosa historia de Malta, desde los Caballeros de San Juan hasta las batallas decisivas que dejaron su huella en el Mediterráneo.

Vittoriosa, la más antigua, alberga el Palacio del Inquisidor y callejuelas cargadas de historia. Senglea ofrece magníficas vistas desde su jardín Safehaven, mientras que Cospicua cuenta con un animado paseo marítimo. Un servicio regular de transbordadores une La Valeta con las Tres Ciudades, lo que facilita el descubrimiento de este patrimonio intacto mientras se disfruta de una agradable travesía marítima.

4. La Laguna Azul de Comino, un paraíso acuático

Entre Malta y Gozo se encuentra la pequeña isla de Comino, la joya natural del archipiélago. Su Laguna Azul, de cristalinas aguas turquesas, es un sueño hecho realidad para todos los viajeros que visitan Malta. Esta piscina natural de impresionante belleza ofrece condiciones ideales para nadar y bucear.

Accesible en ferry desde Cirkewwa o Mgarr (unos 25 minutos de travesía, 10 euros ida y vuelta), Comino es una escapada imprescindible. Sin embargo, hay que tener cuidado con las aglomeraciones veraniegas: opte por una visita a primera hora de la mañana o fuera de temporada para disfrutar al máximo de este paraíso. Además de la Laguna Azul, la isla ofrece la igualmente espectacular Bahía de Santa Marija y la Laguna de Cristal.

5. La isla de Gozo, un oasis de tranquilidad

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©Pixabay – pixabairis

Más rural y auténtica que su hermana mayor, la isla de Gozo es una parada imprescindible para visitar Malta en toda su diversidad. Accesible en ferry desde Cirkewwa (25 minutos de travesía), esta verde isla ofrece paisajes rurales, espectaculares acantilados y notables lugares históricos.

No se pierda la ciudadela de Victoria (Rabat), encaramada en una colina y que ofrece unas vistas panorámicas excepcionales. Los templos megalíticos de Ġgantija, más antiguos que las pirámides de Egipto, son testimonio de una fascinante civilización prehistórica. Aunque la famosa Ventana Azul se derrumbó en 2017, el yacimiento de la bahía de Dwejra sigue siendo espectacular con sus formaciones rocosas y el Agujero Azul, un paraíso para los buceadores.

6. Templos megalíticos, tesoros prehistóricos

Visitar Malta también significa retroceder en el tiempo hasta la prehistoria. El archipiélago alberga varios de los templos megalíticos independientes más antiguos del mundo, que datan de hace 5.500 años, mil años más que las pirámides de Egipto. Estos yacimientos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son un testimonio excepcional del genio arquitectónico neolítico.

Los templos de Ħagar Qim y Mnajdra (Triq Hagar Qim, Il-Qrendi QRD 2501, con una puntuación de 4,6/5 en Google por 4.500 opiniones), situados en la costa sur, ofrecen unas vistas espectaculares del mar Mediterráneo. En Gozo, los templos de Ġgantija impresionan por sus colosales dimensiones. El Hipogeo de Ħal Saflieni, un templo subterráneo único, requiere reserva previa debido a su excepcional interés arqueológico.

7. Marsaxlokk, un auténtico pueblo pesquero

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©Pixabay – Efraimstochter

En el sureste de la isla, Marsaxlokk representa la auténtica cara de Malta. Este encantador pueblo pesquero ha sabido conservar su carácter tradicional a pesar de la afluencia de turistas. Su colorido puerto, adornado con luzzus de vivos colores (embarcaciones tradicionales maltesas decoradas con el ojo de Osiris), constituye una postal viviente especialmente fotogénica.

Los domingos por la mañana, el mercado de pescado transforma el paseo marítimo en un animado lugar donde los lugareños acuden a abastecerse de productos frescos. Los numerosos restaurantes del puerto ofrecen especialidades marineras en un ambiente relajado. Marsaxlokk ofrece un refrescante descanso del ajetreo y el bullicio de las principales zonas turísticas, permitiéndole descubrir el alma marítima de Malta.

8. La Gruta Azul y los acantilados de Dingli

La costa suroeste de Malta reserva impresionantes espectáculos naturales. La Gruta Azul, cerca del pueblo de Wied iż-Żurrieq, fascina con su juego de luces sobre el agua. Cuando el tiempo lo permite, se organizan excursiones en barco para explorar esta red de cuevas marinas, que ofrecen un espectáculo inolvidable de azules intensos.

Más al norte, los acantilados de Dingli (V92P+V45, Dingli, valorados 4,7/5 en Google por 3.200 opiniones) dominan el Mediterráneo desde sus 250 metros de altura. Estos impresionantes acantilados ofrecen unas vistas espectaculares, especialmente al atardecer. La pequeña capilla de Sainte-Marie-Madeleine, encaramada en la cima, añade un toque pintoresco a este imponente paisaje. Si el día está despejado, se puede ver el islote deshabitado de Filfla.

9. Paceville y St Julian’s, vida nocturna maltesa

Para descubrir un lado diferente de Malta, diríjase al barrio de Paceville, en St Julian’s. Esta animada zona es el corazón de la vida nocturna maltesa, con sus innumerables bares, pubs, discotecas y restaurantes. Popular entre jóvenes viajeros y estudiantes internacionales, Paceville está especialmente animado por las noches y durante los meses de verano.

Más allá de las fiestas, San Julián también ofrece un hermoso paseo marítimo, playas bien cuidadas y un ambiente cosmopolita. Spinola Bay, con sus restaurantes en terrazas, es un lugar agradable para cenar con vistas al mar. Esta moderna zona costera contrasta deliberadamente con las ciudades históricas, ofreciendo una experiencia completa para visitar Malta desde todos los ángulos.

10. San Pawl il-Baħar y lugares de buceo.

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©Pixabay – Michael_Pointner

San Pawl il-Baħar (Bahía de San Pablo), situada en la costa noreste, combina historia y diversión junto al mar. Se dice que fue aquí donde naufragó el apóstol Pablo en el año 60 d.C., el acontecimiento fundacional del cristianismo maltés. Hoy, la bahía es un popular balneario que ofrece una amplia gama de deportes acuáticos.

Los alrededores de San Pawl il-Baħar, sobre todo la zona de Ċirkewwa, albergan algunos de los mejores puntos de inmersión de Malta. Los pecios del remolcador Rozi y la patrullera P29 atraen a buceadores de todo el mundo. Los clubes de buceo locales, como Paradise Diving Malta (Melliea, con una puntuación de 4,9/5 en Google por 850 opiniones), ofrecen excursiones para todos los niveles. La excepcional visibilidad y la riqueza de la vida marina convierten a Malta en uno de los principales destinos de buceo del Mediterráneo.

En conclusión, visitar Malta es mucho más que unas vacaciones en el Mediterráneo. Este archipiélago presume de una excepcional densidad de lugares históricos, maravillas naturales y auténticas experiencias culturales. Desde las fortificaciones barrocas de La Valeta hasta las aguas turquesas de la Laguna Azul, pasando por templos prehistóricos y pintorescos pueblos pesqueros, Malta ofrece una diversidad sorprendente para su pequeño tamaño. Tanto si pasa unos días como varias semanas explorando el archipiélago, descubrirá una tierra donde cada piedra cuenta una historia, donde el Mediterráneo revela sus rasgos más bellos y donde la autenticidad sigue haciendo frente a la modernidad. Malta le espera para vivir una aventura inolvidable en la encrucijada de las civilizaciones mediterráneas.

FAQ : Visitar Malta

¿Cuántos días se tarda en visitar Malta?

Para descubrir lo esencial de Malta, prevea al menos 4 ó 5 días. Esto le permitirá visitar La Valeta, Mdina y las Tres Ciudades, hacer una excursión a Gozo y a la Laguna Azul de Comino, y disfrutar de algunas playas. Una semana completa permite descubrir más a fondo, incluidos templos megalíticos, parajes naturales y más tiempo para relajarse.

¿Cuál es la mejor época para visitar Malta?

La primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) son las épocas ideales para visitar Malta. Las temperaturas son agradables (20-25°C), el número de turistas razonable y los precios más asequibles. El verano (junio-agosto) ofrece un tiempo perfecto para nadar, pero los lugares están abarrotados y los precios son altos. El invierno sigue siendo suave, pero algunas atracciones turísticas cierran o tienen horarios reducidos.

¿Necesito alquilar un coche para visitar Malta?

Alquilar un coche no es imprescindible, pero sí muy recomendable si se quiere visitar Malta con total libertad. La red de autobuses públicos da servicio a los principales lugares, pero los horarios pueden ser restrictivos y los trayectos largos. Un coche permite explorar rincones remotos y calas solitarias y aprovechar el tiempo al máximo. Cuidado: en Malta se conduce por la izquierda (herencia británica) y las carreteras son a veces estrechas.

¿Se puede visitar Malta sin hablar inglés?

Sí, es muy posible visitar Malta sin hablar inglés, aunque el inglés es lengua oficial junto con el maltés. En las principales zonas turísticas (La Valeta, Sliema, San Julián), muchos profesionales hablan varios idiomas, entre ellos francés, italiano y español. Los paneles informativos de los lugares históricos suelen ser multilingües. Sin embargo, un conocimiento básico del inglés facilita mucho la interacción con los lugareños.

¿Qué se puede hacer en Malta en familia con niños?

Malta tiene mucho que ofrecer a toda la familia: el Acuario Nacional de Malta en Qawra, el pueblo de Popeye en Anchor Bay, playas de arena aptas para niños (Mellieħa Bay, Golden Bay), excursiones en barco a Comino y un divertido descubrimiento de las fortificaciones de La Valeta. Los templos megalíticos suelen fascinar a los niños por su dimensión misteriosa. La mayoría de los yacimientos ofrecen tarifas reducidas para familias.

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