El pasaje Chinitas

Construido sobre los terrenos que antaño ocupó un convento del siglo XVII —del que hoy solo se conserva un pórtico visible desde la Plaza de la Constitución— el Pasaje Chinitas es uno de los rincones más emblemáticos del centro histórico de Málaga. Este estrecho pasadizo, abierto a finales del siglo XIX por decisión del gobernador civil y militar de la época, pronto se convirtió en un foco de actividad comercial y cultural. Fue precisamente uno de sus establecimientos más famosos el que dio nombre al pasaje: el Café Chinitas. Entre 1857 y 1937, este café-teatro fue uno de los grandes templos del flamenco en Andalucía. Noche tras noche, artistas de renombre encendían el ambiente con guitarra, cante y duende, en un entorno popular, cercano y lleno de pasión. Parte de su fama también se debe a Federico García Lorca, que inmortalizó el Café Chinitas en uno de sus poemas más conocidos: El matador Paquiro en el Café de Chinitas. Gracias a él, este lugar —que ya no existe— sigue vivo en la memoria como símbolo de la cultura andaluza. A simple vista, puede parecer un pasaje más, pero sus paredes guardan ecos de historias, emociones y poesía, testimonio de la riqueza artística del pasado malagueño.