El ayuntamiento de Málaga

Solo un edificio tan majestuoso como este podía albergar el Ayuntamiento de Málaga. Inaugurado en 1919, este imponente edificio se alza con orgullo a la entrada del parque, a pocos pasos del centro histórico. Se construyó sobre terrenos ganados al mar, en una zona urbanizada a comienzos del siglo XX para reflejar el espíritu moderno de la ciudad. El Ayuntamiento ocupa una posición clave dentro de un eje monumental que une el parque botánico, el monte de la Alcazaba y el paseo marítimo, actuando como nexo simbólico entre la Málaga histórica y la ciudad contemporánea. Con su planta rectangular, sus cuatro torres en las esquinas y sus fachadas profusamente decoradas, el edificio no pasa desapercibido. Su estilo neobarroco, muy en boga en la época, se eligió para transmitir la fuerza, la estabilidad y el prestigio de las instituciones públicas. Los balcones tallados, las forjas artísticas, las molduras y los adornos tienen una función clara: impresionar, combinando solemnidad y refinamiento. En el frontón central, coronado por un reloj, se encuentra un grupo escultórico que representa a la ciudad de Málaga, acompañada por alegorías de la pesca, la arquitectura y el comercio, tres pilares esenciales de su desarrollo económico y cultural. El interior se divide en tres áreas principales: el célebre Salón de los Espejos, lleno de estucos y detalles dorados, donde se celebran los actos oficiales; las oficinas administrativas; y la sala del Pleno, donde se toman las decisiones clave para la ciudad. En 2010, el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural, un reconocimiento merecido a su valor arquitectónico, su peso histórico y su significado simbólico para los malagueños.