Visitar Madeira: 10 cosas que hacer y ver en Portugal
Apodada “la isla de la eterna primavera”, Madeira es una joya portuguesa que flota frente a las costas de Marruecos, en el océano Atlántico. Este destino único combina espectaculares paisajes volcánicos, históricas levadas y una encantadora capital donde la historia se funde con la modernidad. De Funchal a las impresionantes cumbres del Pico do Arieiro, pasando por las piscinas naturales de Porto Moniz, cada rincón de la isla revela tesoros insospechados. Tanto si es un apasionado del senderismo, un entusiasta de los jardines botánicos o simplemente busca impresionantes panoramas, Madeira le conquistará por su diversidad y su autenticidad intacta.
1. Funchal, capital floral de Madeira
Funchal, capital del archipiélago de Madeira, es el punto de partida ideal para visitar Madeira. Esta ciudad portuaria posee un encantador centro histórico con calles empedradas, exuberantes jardines y un ambiente auténticamente portugués. La catedral de Funchal, que data de 1490, es testigo del rico pasado de la ciudad. Pasee por la pintoresca Rua de Santa Maria, con sus coloridos portales, y explore el animado Mercado dos Lavradores, donde se mezclan sabores tropicales y flores exóticas.
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Explore la capital de Madeira por su cuenta con nuestra audioguía de Funchal. Esta ruta de 3,7 km le lleva por 25 lugares de interés en aproximadamente una hora y media, desde la catedral hasta el puerto deportivo y los barrios históricos. La aplicación se activa automáticamente en función de su posición y le revela los secretos de esta capital polifacética, con su historia marítima y su artesanía tradicional.
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2. Las levadas, una red única de canales de senderismo
Es imposible visitar Madeira sin seguir las famosas levadas, una red de más de 2.000 km de canales de riego transformados en rutas de senderismo. Estas obras de arte del siglo XVI serpentean por la laurisilva, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y ofrecen rutas accesibles para todos los niveles. La Levada do Caldeirão Verde lleva a una espectacular cascada en el corazón de la selva, mientras que la Levada das 25 Fontes descubre múltiples saltos de agua en un entorno encantador. Lleve buen calzado y una linterna frontal para recorrer los túneles excavados en la roca volcánica.
3. Pico do Arieiro y sus impresionantes panoramas
Con 1.818 metros de altitud, el Pico do Arieiro es el tercer pico más alto de Madeira y uno de los más espectaculares. Accesible en coche, este pico rocoso ofrece unas vistas impresionantes del océano Atlántico y del accidentado terreno de la isla. Al amanecer, el espectáculo es especialmente llamativo a medida que las nubes se dispersan lentamente por los valles. Para los excursionistas experimentados, el sendero PR1 une el Pico do Arieiro con el Pico Ruivo (1.862 m), el punto más alto del archipiélago, a través de una ruta de 7 km salpicada de túneles y vertiginosos pasos aéreos.
4. Porto Moniz y sus piscinas volcánicas naturales
En la costa noroeste de Madeira, el pueblo de Porto Moniz fascina a los visitantes con sus piscinas naturales excavadas en lava basáltica. Estas piscinas de agua de mar cristalina, constantemente rellenadas por las olas del Atlántico, crean un complejo de baño único en el mundo. Aunque la entrada es de pago, podrá disfrutar de estas termas naturales equipadas con vestuarios y zonas de relajación. No se pierda una visita al pequeño acuario de Madeira, ubicado en el Fuerte São João Baptista, que exhibe la fauna marina local. La carretera costera a Porto Moniz desde Funchal es en sí misma un espectáculo, serpenteando entre acantilados y vistas al océano.
5. El jardín tropical del Monte Palace
En lo alto de Funchal y accesible por teleférico, el Jardín Tropical de Monte Palace abarca 7 hectáreas de maravillas botánicas. Este paraíso vegetal cuenta con más de 1.000 especies de plantas exóticas procedentes de los cuatro puntos cardinales, realzadas por esculturas artísticas y pabellones orientales. Azulejos portugueses adornan los paseos, mientras que los estanques de carpas koi añaden un toque de serenidad. Las vistas de la bahía de Funchal desde las terrazas ajardinadas son de las mejores de la isla. Naturalmente, la visita continúa con un recorrido por el palacio, convertido en museo de arte oriental.
6. Cabo Girão, el acantilado de cristal suspendido en el vacío
A 580 metros sobre el océano Atlántico se alza uno de los acantilados marinos más altos de Europa: Cabo Girão. Esta plataforma de observación de cristal transparente, inaugurada en 2012, ofrece sensaciones únicas a los visitantes que se atreven a mirar bajo sus pies. La vista abarca las terrazas agrícolas escalonadas (poios) donde crecen plátanos y vides, creando un mosaico de colores suspendido entre el cielo y el mar. El acceso es gratuito y un teleférico da servicio a los cultivos situados más abajo. Situada en el municipio de Câmara de Lobos, primer asentamiento de Madeira, esta excursión es la forma perfecta de explorar este pintoresco pueblo de pescadores.
7. Las cascadas de Rabaçal en la laurisilva de la UNESCO
En el corazón de la laurisilva, Patrimonio Mundial de la UNESCO, el paraje de Rabaçal alberga algunos de los paseos más bellos de Madeira. Desde la meseta de Paul da Serra, varias levadas conducen a espectaculares cascadas, entre ellas la famosa cascada del Risco, de 100 metros de altura. La ruta de la Levada das 25 Fontes revela su nombre al mostrar múltiples cascadas que brotan de la roca musgosa. Esta vegetación relicta, vestigio de los bosques subtropicales que cubrían Europa en el período Terciario, crea una atmósfera mística única. Asegúrese de llevar ropa impermeable, ya que la humedad es constante en esta parte lluviosa de la isla.
8. Avistamiento de ballenas en Madeira
Las profundas aguas que rodean Madeira albergan una vida marina excepcional, lo que convierte al archipiélago en uno de los mejores lugares de Europa para la observación de delfines y ballenas. Una veintena de especies de cetáceos frecuentan estas aguas templadas durante todo el año, desde delfines moteados hasta majestuosos calderones. Las excursiones en barco salen principalmente del puerto deportivo de Funchal y duran entre 2 y 3 horas. Los guías naturalistas respetan escrupulosamente las distancias de seguridad y conciencian sobre la necesidad de proteger a estos mamíferos marinos. De abril a octubre se dan las mejores condiciones meteorológicas, pero es posible avistarlas en cualquier época del año gracias al clima subtropical de la isla.
9. Santana y sus tradicionales casas triangulares
En la costa norte de Madeira, el pueblo de Santana conserva la arquitectura tradicional de la isla con sus famosas casas de colmo. Estas casas triangulares con paredes de colores y tejados de paja son típicas de las viviendas rurales del siglo XVI en Madeira. Algunas de estas auténticas viviendas siguen en pie, clasificadas como monumentos de interés público. El Parque Temático de Madeira recrea fielmente este modo de vida ancestral, al tiempo que presenta la historia y las tradiciones locales. Santana forma parte del municipio clasificado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 2011, lo que atestigua la riqueza de sus ecosistemas preservados entre la montaña y el océano.
10. Las cuevas de São Vicente, un viaje al centro de la tierra
Formadas hace 400.000 años por coladas de lava basáltica, las cuevas de São Vicente ofrecen un fascinante viaje a las entrañas volcánicas de Madeira. Esta red de tubos de lava se extiende a lo largo de más de 1.000 metros, 700 de los cuales son accesibles al público. La temperatura constante de 16°C contrasta con el calor exterior, mientras que las formaciones geológicas revelan la historia volcánica del archipiélago. El centro vulcanológico anexo completa la visita con un enfoque científico y didáctico de la formación de las islas atlánticas. Esta atracción geológica única es apta para todas las edades, y constituye una alternativa ideal para seguir descubriendo las maravillas de Madeira con mal tiempo.
En conclusión, una visita a Madeira revela una encapsulación excepcional de la diversidad natural y cultural de Portugal. Desde las históricas levadas que serpentean por la laurisilva hasta los impresionantes panoramas del Pico do Arieiro y la autenticidad intacta de Funchal, cada día en la isla promete descubrimientos inolvidables. El archipiélago de Madeira atrae tanto a los excursionistas como a los aficionados a los jardines botánicos o a las familias que buscan actividades variadas. Este destino de tamaño humano es fácil de visitar en una semana, lo que le permitirá alternar el relax en las piscinas naturales de Porto Moniz con la exploración de las tradiciones artesanales locales. Déjese guiar por nuestra audioguía de la capital para iniciar su inmersión en esta polifacética joya atlántica.
FAQ – Preguntas frecuentes sobre Madeira
¿Cuál es la mejor época para visitar Madeira?
Madeira disfruta de un clima subtropical suave durante todo el año. La época ideal para visitarla es de abril a octubre, cuando las temperaturas son más agradables (20-25°C) y las precipitaciones escasas. La primavera (abril-mayo) es especialmente recomendable para admirar las espectaculares flores de la isla. El verano ofrece las mejores condiciones para el baño, con temperaturas marinas de 23°C.
¿Cuántos días se tarda en visitar Madeira?
Una semana es el tiempo ideal para visitar Madeira sin prisas. Podrá explorar Funchal, dar varios paseos por las levadas y descubrir Porto Moniz y los principales miradores. Para una estancia más profunda, que incluya Porto Santo y más caminatas, dedique entre 10 y 12 días.
¿Qué nivel se necesita para recorrer las levadas?
Las levadas de Madeira son aptas para todos los niveles de caminantes. Las rutas familiares como la Levada do Caldeirão Verde (13 km ida y vuelta) siguen siendo accesibles con un nivel básico de forma física. Los senderos entre el Pico do Arieiro y el Pico Ruivo requieren una buena experiencia en montaña. Lleve siempre calzado antideslizante y una linterna frontal para los túneles.
¿Se puede nadar en Madeira?
Por supuesto. Madeira ofrece varias opciones para nadar: las piscinas volcánicas naturales de Porto Moniz, los balnearios de Lido en Funchal con piscinas de agua de mar, y algunas playas de guijarros negros como Praia Formosa. La temperatura del agua oscila entre los 18°C en invierno y los 23°C en verano.
Moverse por Madeira
El alquiler de coches sigue siendo la forma más práctica de explorar Madeira con total libertad, sobre todo para acceder a los puntos de partida de excursiones y miradores aislados. Las carreteras están en buen estado, pero pueden ser estrechas y sinuosas. Una red de autobuses públicos comunica los principales lugares de interés desde Funchal. Si visita la capital, nuestro recorrido a pie con audioguía le llevará por los lugares de visita obligada.
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