Barrio de la Croix-Rousse

Están en el plateau de la Croix-Rousse, el punto más alto de este barrio ubicado en lo que se conoce como la “Colina que trabaja”. Es en esta meceta donde los canuts, los obreros de la seda de este barrio tan atípico, convirtieron la industria de la seda en un verdadero impulso para colocar a Lyon en el primer puesto como ciudad obrera de Francia a principios del siglo XIX. Construido a partir de 1812 en esta colina conocida por su aire puro, el barrio fue concebido desde un principio para albergar talleres de tejido y convertirse en un importante centro de la seda, cada vez más apreciada por la nobleza. Hoy en día, sigue siendo un barrio muy concurrido que ha sabido modernizarse sin perder su esencia, lo que despierta el interés tanto de los visitantes como de los habitantes de Lyon, quienes lo consideran un lugar privilegiado para comprar o alquilar viviendas. Además del sistema de transporte actual bien desarrollado para llegar a la Croix-Rousse, también existe una misteriosa red invisible debajo de sus pies: la red de los Fantasques. Estos verdaderos túneles subterráneos atraviesan la Croix-Rousse a 30 metros bajo tierra, compuestos por una arteria principal y 34 galerías laterales, formando una estructura similar a una espina de pescado. Galerías militares, almacén de la Orden de los Templarios, túneles de la época galorromana… A lo largo del tiempo, han surgido varias hipótesis, pero ninguna teoría ha logrado explicar la función de estas galerías: ¡los “Subterraneos de Lyon” siguen siendo un gran misterio!