El camino de la Corniche

Ya estás en el balcón más bonito de Europa. Y no lo digo yo, lo dice el escritor luxemburgués Batty Weber. El sendero de la Corniche sigue las antiguas murallas construidas en el siglo XVII por españoles y franceses. A partir de la década de 1540, la ciudad cambió de manos 4 veces durante la constante lucha entre Carlos V y Francisco I. Al final, fueron los Habsburgo quienes obtuvieron la soberanía sobre Luxemburgo, y fueron ellos quienes transformaron la ciudad fortificada en una fortaleza, ¡con obras que duraron más de siglo y medio! Esto en cuanto a las murallas. Y si quieres saber el final de la historia, Francia no había dicho su última palabra y, tras un asedio dirigido por Vauban, el ejército de Luis XIV tomó la ciudad en 1684. Vauban rediseñó por completo las defensas de la capital, ¡que ya eran bastante buenas! Pero Luxemburgo fue devuelto a los Habsburgo en 1697 y conquistado por las tropas revolucionarias francesas en 1795. La historia nunca se acaba. En 1815, se crea el Gran Ducado de Luxemburgo y se une a los Estados miembros de la Confederación Germánica. Y en 1867, se proclama definitivamente la neutralidad de Luxemburgo. Fue entonces cuando la ciudad se deshizo de sus fortificaciones, y gracias a ello hoy se puede disfrutar de magníficas vistas desde las murallas. El sendero de la Corniche bordea el valle del Alzette y conduce desde el Rocher du Bock hasta la meseta de Saint-Esprit, ofreciendo espectaculares vistas sobre el valle, el barrio de Grund y la meseta del Rham, que ahora está abierta al público tras años de restauración.