Torre de Londres

La construcción de esta impresionante fortaleza se debe a Guillermo el Conquistador, duque de Normandía durante el siglo XI, tras la conquista de Inglaterra. Construida inicialmente en madera en forma de un simple torreón, se reconstruirá en piedra a finales del siglo XI para reforzar su eficacia, siempre bajo el reinado de Guillermo el Conquistador. En ese momento, solo se construyó un torreón, que hoy corresponde al edificio de cuatro torres ubicado en el centro. Lejos de ser el único torreón de la ciudad, era el más importante. Poco después de la construcción de la llamada Torre Blanca, en referencia a sus piedras de color claro, se rodea el torreón con muros de piedra para constituir una muralla y reforzar el sistema de defensa. Luego llega el turno de reinar en Londres de Ricardo Corazón de León, quien decide cavar fosos alrededor de la muralla y modernizar la Torre de Londres. A lo largo de los siglos, se transforma en el imponente edificio que vemos hoy en día. Durante mucho tiempo utilizada como residencia real, más tarde se convirtió en prisión hasta 1952, prisión que albergaba a personajes de alto rango en condiciones muy difíciles. Si decides visitar la torre, no estarás a salvo de cruzarte con algunos cuervos: estas aves son cuidadosamente alimentadas por Maestros de los Cuervos, porque son objeto de una leyenda muy particular: en aquel momento, se decía que si los cuervos abandonaban la Torre Blanca, ¡sería el fin de la monarquía! ¡Imagina que los reyes y las reinas han hecho todo lo posible para conservarlos! Aún hoy, la leyenda persiste ya que 9 cuervos son alimentados en la Torre a expensas del Estado. Aparte de estas aves, la Torre de Londres contiene, entre otras cosas, la Armería Real, el Museo de los Fusileros y, sobre todo, las Joyas de la Corona, ¡con el diamante más grande del mundo!