Rue des Brigittines

Es hora de una anécdota de espanto. Este pequeño callejón sin salida de aspecto medieval es un antiguo pasadizo que conduce al convento de las Brigitinas, construido en 1604. Ha sido escenario de algunos sucesos terroríficos y francamente extraños. Todo comenzó en 1608, cuando las monjas se quejaron de oír fuertes ruidos por la noche, gritos y voces lastimeras. Luego, durante la fiesta de Pentecostés de 1612, las monjas empezaron a contorsionarse y a bailar sobre el altar como poseídas. Las monjas llegaron a pisotear a la madre superiora. Se llamó a los mejores exorcistas, que declararon que las mujeres estaban poseídas por el demonio.  Una de ellas, Marie de Sains, confesó haber hecho un pacto con el diablo y describió sabbats y orgías. Ahora bien, todas las confesiones hechas durante las torturas de la caza de brujas no son más que el reflejo de lo que los jueces querían oír, por supuesto. El hecho es que no fue ejecutada, sino encarcelada, donde permaneció el resto de su vida. El convento de las Brigitinas ya no existe, pero la calle que conducía a él ha conservado su extraña atmósfera y revela su parte de misterio.