Playa de Le Havre

Le Havre es una ciudad con una arquitectura muy particular, un puerto que se encuentra entre los más importantes de Francia, pero también es una gran playa a orillas del Canal de la Mancha, que atrae cada verano a muchos visitantes que vienen a nadar o surfear.

¡Restaurantes junto al mar, guijarros hasta donde alcanza la vista, campos deportivos, la playa de Le Havre es ideal para relajarse en familia o con amigos a un paso del centro de la ciudad!

¿Sabías que Le Havre forma parte de lo que se conoce como la Côte d ‘Albâtre, en español La Costa de Alabastro? Estos 130 km de costa se extienden desde Dieppe hasta Le Havre, e incluyen Etretat, Fécamp o Saint-Valéry-en-Caux. El alabastro es un mineral blanco utilizado en el tallado de piedra y escultura. Si se ha llamado así a esta zona natural, es en referencia al color que adquiere el mar cuando se estrella contra los altos acantilados, de un blanco lechoso que recuerda al alabastro. Eso respecto al nombre.

¿Sabías que fue en Normandía donde comenzaron los primeros baños en el mar, en 1824? Sí, Dieppe fue la primera estación balnearia de Francia, que atrajo a la aristocracia parisina deseosa de disfrutar de la playa y de sus virtudes terapéuticas. Muchas ciudades de la región siguieron, como Etretat o Deauville, y más arriba Le Touquet-Paris-Plage y Boulogne-sur-Mer.

En el sur de Francia, los centros turísticos se desarrollaron al mismo tiempo, especialmente Cannes, solo unos años después de Dieppe, y Biarritz, un siglo después. La práctica de los baños en el mar, como se les conoce, es una moda que surgió en Inglaterra a finales del siglo XVII. El baño era un remedio contra los males del momento, el reumatismo, la rabia, las neurosis y las enfermedades mentales. ¡Incluso era prescrito por los médicos!

Hubo que esperar hasta 1936, y la creación de las vacaciones pagas, para que la práctica también se abra a las clases trabajadoras, y luego los años siguientes para que el baño ya no sea una práctica terapéutica, sino de ocio. Así es como Normandía se ha convertido en uno de los destinos de playa más atractivos de Francia.

Le Havre, en cualquier caso, ofrece hoy en día una gran playa de guijarros de 2 km, donde se pueden practicar muchos deportes acuáticos y relajarse sobre una toalla, aunque los guijarros no son los más cómodos para ello.

Sin embargo, estos guijarros, en el siglo XIX, permitieron a la ciudad desarrollar un comercio y el oficio de recolector de guijarros. Estos se utilizaron para construir nuevos edificios, consolidar los caminos de la región o incluso para exportarlos a los Estados Unidos o Japón.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses rastrillaron la playa para recuperar los guijarros, para poder construir en los alrededores. Tanto es así que en ese momento la playa estaba completamente cubierta de arena fina.

Fue solo gradualmente que las rocas regresaron a la playa, traídas por la corriente marina. Luego se prohibió recogerlos, para preservar este recurso tan preciado. Así que seguro que no es lo más cómodo para una playa, ¡pero así es como es de forma natural! Te dejo disfrutar del aire marino.