Visitar las islas Sanguinarias en Córcega

¿Y si su próximo destino de viaje fuera Córcega? No pierda la oportunidad de poner un pie (o incluso los dos) en las islas Sanguinaires, cerca de Ajaccio.

En un corto radio de la capital corsa, se divisa en el horizonte un archipiélago de 4 islotes. Tierra a la vista, tierra a la vista moussaillons, ¡son nuestras famosas islas Sanguinaires! Al pronunciar su nombre y acercarnos a sus costas, sentimos escalofríos. ¿Será miedo? Si es así, cámbielo por emoción. Esta cadena de islas no tiene nada que asustarle. Al contrario, ¡está llena de maravillas!

Con su extraordinario patrimonio arquitectónico, su flora y fauna excepcionalmente ricas y sus impresionantes puestas de sol, no es de extrañar que poetas y novelistas hayan encontrado en ella una fuente de inspiración.

Alphonse Daudet escribió en sus cartas: “Imagínese una isla salvaje, de color rojo sangre, con un faro en un extremo y una vieja torre genovesa en el otro… Otro hermoso lugar que he encontrado para soñar y estar solo”. Ante estas palabras, no tiene sentido resistirse más. Echemos el ancla para visitar el fin del mundo en las Islas Sanguinarias.

1. Conocerse

4 islotes (y 1 roca)

“Mascarón de proa” del golfo de Ajaccio, en el sur de Córcega, las Sanguinarias son un archipiélago de origen magmático que se extiende frente a la costa de Pointe de la Parata.

En total, 4 islotes y 1 roca constituyen la fuerza de este lugar catalogado y protegido:

• Mezu Mare (o Grande Sanguinaire): El islote principal
• Islote de los Cormoranes (o Isolotto)
• Cala d’Alga
• Porri

Técnicamente, el recuento es bueno. Pero una pequeña roca desnuda llamada U Sbiru, situada entre la isla de Porri y la isla de los Cormoranes, suele engrosar las cifras.

¿Por qué Sanguinarios?

Si se pregunta lo mismo, se dirige directamente a aguas profundas y misteriosas. Por la sencilla razón de que no hay una, sino varias teorías sobre el origen del nombre dado a este sublime paraje natural y marítimo. Así que, antes de embarcarse en escenarios inverosímiles, a caballo entre Peter Pan y Piratas del Caribe, descubra las 5 explicaciones que mantienen vivo día tras día este misterio sin resolver:

Cuestión de roca y reflejo de la luz

Cuando el sol emite sus últimos rayos, la roca magmática de las Islas Sanguinarias brilla con un rojo oscuro. Por definición, el color de la sangre. Es un espectáculo deslumbrante, por el que los visitantes ya se han hecho un nombre.

Cuestión de flores

Entre todas las especies vegetales que hacen de las islas Sanguinarias un espacio natural de notable interés florístico, destaca la Frankenia. Más que sus flores rosas, son las hojas de esta planta perenne las que hacen que el espectáculo sea tan mágico. En otoño, su color verde se transforma progresivamente en rojo vivo, cubriendo el archipiélago con una espesa alfombra de vegetación colorida.

Cuestión de leyenda

Se dice que en el siglo XVI, el archipiélago ya aparecía en los mapas del obispado con el nombre de “Sagonares insulae”. Es decir, las islas “Sagonnaires”, en referencia a la ciudad de Sagone, en el sur de Córcega. Con el tiempo, el nombre cambió y se convirtió en lo que conocemos hoy: las islas Sanguinaires.

Cuestión de pescadores enfermos

En el siglo XIX, el islote principal, Mezu Mare, se convirtió en puesto sanitario. En sus alturas se construyó un lazareto como zona de cuarentena para combatir la peste. Varios pescadores de coral regresaron de África para vivir allí. Su sangre, negra por los efectos de la enfermedad, llevó a los habitantes de la “Isla de la Belleza” a apodarlos “I Sanguinari”.

2. Cuaderno de bitácora del archipiélago: primeras apariciones, fechas clave…

Austeras, incluso hostiles, intrigantes, hasta aterradoras, las islas Sanguinarias tardaron mucho tiempo en convencer al hombre de aventurarse en su territorio.

No nos pregunte exactamente cuándo se visitó el archipiélago por primera vez, porque ahí también permanece el enigma. La única información disponible al respecto son los numerosos relatos de viajes que algunos poetas y/o dramaturgos han tenido la amabilidad de compartir con nosotros. Entre los más populares se encuentra Le Phare des Sanguinaires, un relato de la obra Lettres de mon moulin, de Alphonse Daudet.

En el siglo XVI, los genoveses construyeron una torre en el punto más alto de la Grande Sanguinaire (antiguamente conocida como Sanguinera di Fuori o Sanguinera di Mare). Esta vez, ya no hay lugar a dudas: sí que ha habido presencia humana en estas salvajes extensiones de tierra.

En el siglo XVIII, Mezu Mare se convirtió en una enorme estación sanitaria sobre la que se construyó un lazareto. De este modo, todos los pescadores de coral que regresaban de África, contaminados por la peste, eran dirigidos a este establecimiento para su cuarentena obligatoria.

De 1865 a 1955, se instaló un semáforo (puesto de combate) en el islote central para vigilar los accesos marítimos e informar de cualquier actividad enemiga.

El año 1870 vio la aparición del faro, una de las mayores atracciones del lugar, a 80 metros sobre el nivel del mar.

3. ¿Qué ver y hacer en las islas Sanguinarias?

Patrimonio natural …

Consideradas un pequeño rincón del paraíso en medio de las aguas del Mediterráneo, las islas Sanguinarias cuentan con una fauna y una flora poco comunes para una superficie tan reducida. En otras palabras, ¡el entorno es magnífico!

Sólo en Mezu Mare se han registrado 150 especies vegetales raras o endémicas. Entre ellas, el espectacular arum mange-mouches, que sólo puede verse en 3 lugares del mundo y cuyo olor es más nauseabundo que encantador. O el puerro silvestre que da nombre al islote Porri.

En cuanto a especies animales, el lugar también tiene algo que sorprender. Sobre todo por su impresionante colonia de aves marinas (como la gaviota patiamarilla) y rapaces (como el halcón peregrino, el milano real y el águila pescadora, que se encuentra sobre todo en La Parata).

Debido a su excepcional carácter salvaje, cada vez más expuesto a un número masivo de visitantes, las Islas Sanguinarias han recibido varios reconocimientos destinados a su preservación: Zona Natural de Interés Ecológico, Faunístico y Florístico (ZNIEFF), Sitio Natura 2000, Sello Grand Site de France…

… Al patrimonio construido

Sumergiéndose en la tranquilidad de las Islas Sanguinarias, los habitantes de Ajacci y los visitantes descubrirán una familia de vestigios insospechados que contribuyen al renombre paisajístico del archipiélago.

• La torre genovesa de La Parata: construida en 1550 por Giacomo Lombardo, jefe de albañiles genovés. Se eleva 60 metros sobre el mar.
• El faro de Sanguinaires: principal atracción de la isla, construido en 1838 y visitado en 1863 por el escritor francés Alphonse Daudet. Cuando se clausuró en 1985, los guardianes del edificio eran los últimos residentes del archipiélago.

• El semáforo de Mezu Mare: situado en la isla del mismo nombre, este puesto de combate fue encargado entre 1865 y 1955 para vigilar el golfo de Ajaccio y sus alrededores.
• El lazareto: Construido en 1806 y en funcionamiento desde hace 9 años, antiguamente se utilizaba para poner en cuarentena a marineros y pescadores antes de que entraran en tierra firme.
• La torre de Castellucio: bien conservada pero de difícil acceso, esta fortificación se alza en el punto más meridional de Mezu Mare.
• Capilla de Saint-Antoine: Situada a la entrada de la península, esta capilla de 1954 sigue celebrando una misa todos los domingos.

4. Suba al barco Sí, pero ¿cómo? ¿Y a qué precio?

Ahora que ya conocemos un poco mejor la historia y el mundo natural de las islas Sanguinarias, sólo nos queda una cosa por hacer: ¡lanzar el ancla!

De hecho, el archipiélago está más cerca de la costa corsa de lo que parece. Dependiendo del tiempo de que disponga, de dónde se encuentre, de la hora del día y del dinero que tenga en el bolsillo, existen varias formas de visitar este remanso de paz insular.

Cómo llegar al Gran Sitio

Hacia adelante y hacia arriba

Empecemos por la opción más económica: ¡a pie!

• Desde Ajaccio: Route des Sanguinaires RD111 (2h30 a pie)
• Desde el Bois des Anglais: Sentier des crêtes (4h30 a pie)

Por carretera

• Sobre cuatro ruedas: 15/20 minutos en coche por la Route des Sanguinaires RD111
• Sobre dos ruedas: 40 minutos en bicicleta por la Route des Sanguinaires RD111
• En transporte público: Línea 5 de autobús Muvistrada: salida de la Place de Gaulle/llegada a La Parata. Precio del billete sencillo de adulto: 1

Ir directamente al sitio

Por la vía fácil

• Desde el puerto de Ajaccio: viaje en barco con parada en Mezu Mare (30-40 min de trayecto). El precio medio es de unos 30 euros para los adultos y la mitad para los niños.
• Desde el puerto de Ajaccio: Contrate un patrón (12 plazas) para una travesía más exclusiva y privada. Espere pagar al menos 50 euros por persona, incluyendo una excursión, un baño en una cala y una degustación de productos corsos).

Lleno de emociones

¿Quiere que su travesía a las islas sea aún más inolvidable, pero no sabe cómo? No busque más: ¡una excursión en moto acuática!

Tras un pequeño sacrificio económico de unos 115 a 130 euros de media, se embarcará en un fantástico paseo hacia las islas Sanguinarias.

Además, según la compañía que elija, podrá incluso disfrutar de una sesión de buceo in situ. ¡Lo mejor de lo mejor!

Para más originalidad

Aaaah atardeceres… Esos fenómenos soberbios al final del día de los que nunca nos cansamos. Tanto que inundan las galerías de fotos de nuestros smartphones. ¿Se reconoce en esta última frase? Pues con las Islas Sanguinarias, está de enhorabuena.

Sea cual sea la estación del año, en cuanto cae el crepúsculo en el archipiélago, se produce un juego de luces entre el cielo y el mar. Rojo, naranja, violeta y rosa son los colores que nos revelan los últimos rayos del sol en un maravilloso espectáculo propicio a la evasión, la imaginación y el romanticismo.

Para asistir, reserve su plaza en una de las compañías de barcos que ofrecen excursiones nocturnas, con salida de Ajaccio o Porticcio, por unos cuarenta euros de media. ¡Un momento mágico garantizado!

Para concluir

Como puede ver, las islas Sanguinarias, aunque pequeñas, son un tesoro de maravillas. Ya sea bajo una luz resplandeciente o bajo una espesa niebla. Sus estructuras encaramadas, sus plantas raras, sus “habitantes” emplumados y sus paisajes escarpados son un espectáculo constante. Cualquiera que se atreva a aventurarse allí saldrá inevitablemente conmovido por tanta belleza salvaje, catalogada y protegida. ¿Cuándo zarpar?