El Palacio de Los Capitanes Generales

El mejor ejemplo de arquitectura barroca cubana que se puede encontrar en La Habana, el Palacio de Los Capitanes Generales se integra armoniosamente en la plaza en la que se encuentra. Construido en 1776 sobre los restos de una iglesia, el edificio se encuentra en muy buen estado de conservación, lo que no refleja en absoluto su antigüedad. Y, créenos, ha visto pasar a gente de gran categoría. Residencia oficial de los gobernadores de la ciudad durante 107 años, el monumento habanero sirvió luego brevemente de base a gobernadores militares estadounidenses y capitanes españoles, antes de ser designado palacio presidencial en el siglo XX. Reconvertido en 1968 como museo de la ciudad, el lugar no ha perdido nada de su importancia, sino todo lo contrario. Cualquiera que visite La Habana puede esperar saber más de ella paseando por sus maravillosas arcadas. Pero antes de entrar, fíjate en que los adoquines de la calle Tacón, justo delante de la fachada del edificio, son de madera… Se dice que el ir y venir de los coches de caballos sobre la piedra perturbaban el sueño de un capitán general y su esposa. Según la leyenda un ayudante, deseando quedar bien con su señor, hizo sustituir los adoquines de piedra por unos de madera. ¡Sin duda estaba dispuesto a tener su favor!