El Cristo de La Habana

Saluda a nuestra próxima atracción en la orilla opuesta. Dos pequeñas pistas: es grande y adopta apariencia humana. ¿Te has fijado en él? Con vistas a la bahía de la ciudad vieja, el Cristo de La Habana es esta estatua monumental de 20 metros, erigida en la colina del antiguo pueblo pesquero de Casablanca. Signo de bendición eterna, esta obra nació de una promesa religiosa hecha por una de las antiguas primeras damas del país. Según la historia, la esposa del presidente Fulgencio Batista se comprometió a mandar construir la escultura tras un atentado fallido contra su marido en 1957. Su marido salió ileso, y la mujer estaba decidida a cumplir su palabra. Esculpido en mármol italiano, con un aspecto deliberadamente inspirado en la mezcla racial de la isla, el Cristo de La Habana se inauguró en 1958. Aunque tiene varios parecidos muy conocidos en Río de Janeiro y Lisboa, el impresionante monumento se diferencia en que no está de pie con los brazos abiertos, sino con una mano levantada y la otra sobre el corazón, como bendiciendo a la ciudad. Declarada monumento nacional en 2017, esta obra maestra, bendecida por el Papa Pío XII, es con diferencia uno de los símbolos del país.