Consejo de Estado y Comité Central del Partido Comunista de Cuba: cerca del monumento a José Martí
Por una vez, cuando viajas, tienes que adaptarte al modo de vida local. Eso puede funcionar para la comida, la cultura y las prácticas, pero ¿qué pasa con el estacionamiento? Pues en La Habana es lo mismo. Encontrar una plaza de estacionamiento en sí no es un problema especial, pero estacionar libremente puede convertirse rápidamente en uno. Los aparcamientos privados, y a veces los públicos, suelen estar vigilados. Te pedirán que pagues por dejar tu vehículo vigilado durante unas horas o toda una noche. Es el precio que tienes que pagar para evitar cualquier daño a tu vehículo privado o alquilado.
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